Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

La pandemia del covid-19, serio motivo de preocupación en todo el mundo, amenaza con devastar no sólo a la población del planeta, sino a la economía global, siendo un riesgo para la seguridad nacional, porque las consecuencias previsibles y ya palpables de esta crisis sanitaria se están sintiendo. La desesperación de la población comienza a ejercer presión en la clase política; vemos como en Estados Unidos hay manifestaciones para que la vida vuelva a la normalidad. Pero no debería depender de la voluntad política, sino del resultado de un verdadero análisis interdisciplinario de expertos, pues la vida y la seguridad de la población está de por medio; sin embargo la experiencia nos dice que las decisiones políticas son motivadas por el interés de satisfacer a los votantes, a su nicho de seguidores. Así que, las decisiones están en manos de los jefes de gobierno y de ellos depende el camino a seguir, de su responsabilidad social, de su sensatez y de su visión de futuro.

Pero lo que no depende de la volutad política, sino que es una consecuencia de todos los aspectos en que ha incidido la pandemia, es la recesión económica inminente. En el último informe de marzo, la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo pronosticó una desaceleración económica por debajo del 2.5%, que implica la pérdida de por lo menos un billón de dólares, cifra que dependerá de tres factores: la rapidez  y extensión con que se propague el virus; el tiempo que tarden en encontrar una vacuna; y que tan efectivas sean las medidas que se tomen para contener esta pandemia. Lo cierto es que sigue extendiéndose y las cifras están ahí, aunque hay países que han logrado disminuir la tendencia, como lo podemos ver en las gráficas ya actualizadas de la semana pasada, en donde se puede apreciar el nivel de éxito que se ha tenido de acuerdo a los niveles de resiliencia y letalidad.

Y es tal la interdependencia global que hay que tomar en cuenta que el 60% de la economía mundial  corresponde a los países emergentes, así que si los sistemas de salud de las naciones en desarrollo se colapsan por la pandemia, arrastrará a la economía mundial por consecuencia, por ello el FMI ha confirmado que una desaceleración de estos países implica una desaceleración del planeta entero.

Y para darnos una idea de las repercusiones económicas del covid-19, vemos por ejemplo que debido al confinamiento, Rusia registra pérdidas diarias de 1,250 millones de euros.

La Unión Europea por su parte ya ha asumido que la recesión que causará esta pandemia será peor que la del 2009, cuando el PIB mundial cayó el 4.1%, por lo que activó la cláusula de salvaguarda de sus reglas presupuestarias, lo que permitirá a los países miembros incumplir sus objetivos fiscales y aumentar el gasto para hacer frente a la pandemia. El apoyo a la economía regional representa un 6.3% de su PIB, aunque en países como España el déficil podría llegar hasta el 10%.

En Estados Unidos, el Congreso ha aprobado el plan de rescate económico más grande de su historia para los ciudadanos norteamericanos, que será de 1,200 dólares para solteros (30 mil pesos mexicanos), cuyos ingresos sean menores a 75,000 dólares; 2,400 dólares para parejas casadas (60 mil pesos mexicanos), que ganen menos de 150 mil dólares;  y 500 dólares por cada hijo (2,500 pesos mexicanos). Además de esto, está inyectando un 10.7% de su PIB a apoyos fiscales y de requerirse más, lo darán.

Canadá también ha tomado medidas para apoyar a las empresas, con un 4.8 % y Brasil anunció medidas similares que representan el 4.5 % de su PIB; no olvidemos que es la economía más grande de América Latina y la 9ª a nivel mundial.

Francia y Holanda anunciaron paquetes de ayuda por alrededor de 10,000 millones de euros para sus respectivas aerolíneas, Air France y KLM. Francia otorgará préstamos por 7,000 millones, en tanto que Holanda anunció un paquete de entre 2,000 y 4,000 millones de euros, a fin de salvar a sus aerolíneas nacionales que se encuentran varadas desde que comenzó la pandemia. Y ya se estudia el apoyo a la industria automovilística. Aunque se tiene previsto que el PIB en Francia registre una reducción de hasta el 8%, por lo que es urgente reactivar la economía.

Ya en febrero la Organización de Aviaciòn Civil Internacional informó que las aerolíneas internacionales a nivel mundial perderían de 4,000 a 5,000 millones de dólares de ingresos brutos y que un 70% de las  aerolíneas del mundo cancelaron sus vuelos internacionales.

Por otro lado, sólo Japón perderá más de mil millones de dólares por concepto de turismo. Y en el mundo se estima que las pérdidas en este sector estarán en alrededor de 130,000 millones de dólares, considerando una caída del 81.4% de la actividad turística mundial. Impresionante si vemos que este sector representa un 10% del PIB mundial. Sin duda, una tragedia económica.

Aunado a ello, la drástica e histórica caída del precio del petróleo afectó más a países como México, Venezuela y Ecuador, que a los grandes productores, ya que sus ingresos fiscales dependen directamente de sus exportaciones de crudo. Y en el caso mexicano, la caída fue devastadora, puesto que PEMEX es la petrolera más endeudada del mundo.

Para México ha sido un fuerte golpe económico, después de haber llegado a los 100 dólares por barril a principios de este siglo, ahora el crudo llegó a -3 dólares, cuando se tiene en puerta  uno de los grandes proyectos del actual gobierno, que es la refinería de Tres Bocas, ahora de dudosa viabilidad financiera.

Los países que aparentemente se verían más beneficiados son los importadores del crudo, por obtener ese insumo prácticamente regalado, como son Japón, China, Alemania, Corea del Sur, Países Bajos, Italia, India, Francia. Y aunque Estados Unidos ocupa el primer lugar, dada su política de décadas de acumular reservas, hoy que hubiera sido una oportunidad para ello, no tiene donde almacenar el crudo; así que los países importadores dependen de su capacidad de almacenaje para la compra de reservas petrolíferas, un factor que en realidad no se había considerado antes, salvo los EU, a quienes no funcionó la estrategia.

En el caso de Venezuela, el problema es mayúsculo, puesto que el 90% de sus exportaciones son petroleras, por lo que ni siquiera podrá pagar los intereses de la deuda contraida con Rusia y China.

Colombia también recibió un fuerte impacto por el desplome del petróleo, ya que  es su principal fuente de divisas. Es por ello que tanto el peso colombiano como las demás monedas de los países de América Latina seguirán a la baja.

El presidente de México ha anunciado que no apoyará a los grandes empresarios, pero sí lo hará a los pequeños y medianos, que representan la mayoría de empresas en este país, lo que de entrada parece una buena decisión, por lo que dispondrá de 500 mil millones de pesos (20 mil millones de dólares), el 0.7% del PIB. Y el apoyo consiste en un préstamo de 25 mil pesos (mil dólares) para 20 millones de  empresarios, a pagar en tres años, mil pesos mensuales, esto es, que pagarán 36 mil pesos,  44% más de lo que se les prestará. Muy redituable para el gobierno, ya que al “invertir” para ayudar a sus ciudadanos, tendrá una ganancia neta de 220,000 millones de pesos. Dinero que no se sabe si realmente ayude a los empresarios. Y México es la 11ª economía del mundo.

Los préstamos son para 20 millones de empresas. Según datos del INEGI, en México existen 4 millones 15 mil unidades empresariales, que generan el 72% de los empleos y aportan el 52% del PIB. Así que probablemente 15 millones 985 mil préstamos serán para empresarios informales.

La pandemia del coronavirus no tiene visos de  una crisis coyuntural, según el epidemiólogo Marc Lipsitch, profesor de la Escuela de Salud Pública T.H Chan de Harvard, los actuales niveles de contagio son apenas la punta del iceberg, pues pronosticó que ya para el 2021 entre el 40% y 70% de la poblacion mundial habrán contraido el virus del covid-19, aunque más del 80% de los infectados ni siquiera lo notarán y los demás tendrán síntomas leves.

Pero volviendo a las cifras duras de la pandemia, podemos observar como algunos países como China han ido mejorando, en tanto que otros, lamentablemente no han logrado combatir el problema sanitario. Observemos los números, en donde los porcentajes de resiliencia y de letalidad son reveladores: