Por: Redacción

Las grandes, medianas y pequeñas corporaciones hacen uso de modelos matemáticos para maximizar los beneficios económicos, a través de determinar el precio óptimo de los productos, el tiempo de permanencia en el mercado y las posibles variables en las ventas, afirmó el doctor Aureli Alabert Romero, profesor-investigador de la Universitat Autónoma de Barcelona.

El especialista en problemas de optimización con factores de incertidumbre señaló que el cálculo del importe recomendable de una mercancía ofrece certidumbre para evitar pérdidas, ya que el propósito es la obtención de la mayor plusvalía con menores gastos.

Durante la conferencia Precios óptimos de artículos con vida útil limitada –impartida en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– el académico español definió los productos de vida útil limitada como los que sólo se venden durante un determinado periodo.

No son mercancías perecederas ni salen del mercado por defectos de fabricación o daño durante su exhibición, ya que mantienen la calidad, pero perdieron actualidad y con ello la vida útil comercial, es decir, son de temporada porque pasan de moda y son sustituidos por otros debido a que a los fabricantes así les conviene, pues resulta más lucrativa la mercantilización de una nueva versión.

Los productos identificados en esta categoría son los deportivos, en particular, presentados por marcas de prestigio –Nike, Puma, Umbro, Adidas, Lotto– que establecen precios determinados y exigidos por un tiempo, y después la tienda los modificará pretendiendo el máximo beneficio.

Eso mismo sucede con camisas, zapatos y recuerdos que brindan identidad respecto de equipos y jugadores de clubes deportivos de fútbol soccer, americano y béisbol, entre otros, aunque en esa categoría también podrían considerarse la ropa de marca, los accesorios de vestir y los artículos de telefonía celular que son remplazados en breves lapsos.

La aplicación de las matemáticas se amplió a campos no sólo exclusivos de la investigación científica y las finanzas, ante la necesidad de determinar precios ideales de los bienes de vida útil corta para no registrar pérdidas.

Para la construcción de los modelos matemáticos o algoritmos se consideran todas las variables posibles, desde la evolución en el tiempo del stock, la demanda, el comportamiento del mercado frente a alzas o bajas en las ventas, el precio de transición ante su liberación por los fabricantes y su remate al fin del ciclo de vida.

Durante el Coloquio Tlahuilcalli (Casa de luz), convocado por el Departamento de Ciencias Básicas de la Unidad Azcapotzalco, el investigador explicó que “los modelos matemáticos afinan la toma de decisiones de las empresas con el apoyo de los avances de la computación que permiten hacer cálculos en breve tiempo”, algo que antes no era posible.

La complejidad del mercado, las variables que inciden en la producción, la mercadotecnia, la competencia, la publicidad, el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, entre otros ámbitos, obligan a ser más precisos en la determinación de los precios para establecer inversiones y evitar fracasos en el lanzamiento de los productos.

Las matemáticas son una ciencia con un campo de aplicación diverso y transversal que incluye todos los sectores industriales de la administración, lo que implica una mayor demanda de especialistas en la materia en las corporaciones, pues sus conocimientos permiten simplificar la realidad para obtener resultados de predicción fiables.