Por: Redacción/

Los agujeros negros galácticos, aun sin ejercer una fuerza destructora sobre las estrellas o material cercano a su núcleo, se conectan con la evolución de toda la galaxia, explicó la doctora Eréndira María Huerta Martínez, profesora visitante del Departamento de Física de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Las galaxias son objetos que evolucionan en el tiempo y el ejemplo más cercano son la Vía Láctea y Andrómeda, que dentro de miles de millones de años se fusionarán, ya que la segunda se tragará a la primera y que, de acuerdo con estimaciones científicas, 40 por ciento de éstas tiene núcleos activos donde pueden formarse agujeros negros, objetos gigantes súper masivos que deforman el espacio-tiempo, ignorándose qué pasa o qué contiene dentro, lo que en su momento Newton llamó fuerza de gravitación universal

A partir del descubrimiento de los núcleos activos de galaxias empezó una búsqueda incansable para entender su comportamiento e implicaciones en las teorías de la relatividad y la gravitación, por lo que observaciones de distintas frecuencias, como han evidenciado Schwarzschild, Chandrasekhar, Hawking y Penrose, entre otros científicos, han permitido medir velocidades de rotación y vientos cercanos.

Si existe un agujero negro en el núcleo se formaría una galaxia regular, pero si no existe ésta tendería a ser de tipo irregular, como ocurre con las Nubes de Magallanes, que no presentan agujeros negros en su núcleo, lo que significa que aquellos súper masivos están íntimamente relacionados con la evolución de la galaxia, apuntó en el Ciclo de conferencias Lunes en la Ciencia.

Un agujero negro puede detectarse con el movimiento a su alrededor por la interacción entre éste y una estrella, es decir, “si ésta gira alrededor de algo que no vemos y a una velocidad de rotación determinada”. Existen de distintas escalas; estelares, galácticos y de gusano. Los segundos existen en la vía láctea y en otras galaxias, donde surgieron a partir de explosiones de supernovas.

El agujero negro súper masivo de la Vía Láctea Sagitario A contiene un millón de soles, pero está dormido y sólo ejerce fuerza gravitacional con las estrellas más cercanas, en una combinación de rayos X y ópticos, lo que lo hace muy brillante.

Huerta Martínez sostuvo que las estrellas gigantes viven poco porque gastan mucha energía y cuando terminan su ciclo de vida, en lugar de explotar –como lo hizo el Sol– su centro implota, lo que puede generar una estrella de neutrones, que es un objeto ultra compacto que todavía no llega a ser un agujero negro, pero puede convertirse en uno.

Los mergers o fusiones de galaxias arrojan información sobre el espacio-tiempo deformado cuando dos agujeros negros se fusionan en uno solo. Los hoyos negros de las galaxias contienen en forma regular la masa de un millón a 12 mil millones de soles en escalas de distancia de sistemas solares. Además existe una relación directa entre la masa del agujero negro y el promedio de velocidad de todas las estrellas de la galaxia.