• El gran desafío para erradicar este flagelo es articular a todas las instancias del Sistema Nacional Anticorrupción, considera el senador.

Por: Redacción/

La corrupción es un fenómeno que, de manera sistemática, ha dañado profundamente la confianza de las y los ciudadanos en las instituciones públicas e implicado grandes costos para la población, por lo que, consideró el senador Ricardo Monreal Ávila, es necesario articular a todas las instancias involucradas en el combate a este flagelo, para desmontar la maquinaria que, durante décadas, permitió el saqueo, la extorsión y la opacidad en el ejercicio de los recursos públicos.

Con ese propósito y en el marco del “Día Internacional Contra la Corrupción”, se dieron cita en el Senado representantes de la ONU, la Auditoría Superior de la Federación, la Secretaría de la Función Pública, el INAI, la Fiscalía Especializada en materia de Combate a la Corrupción y del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.

En ese encuentro, que se llevó a cabo en el Salón de la Comisión Permanente, el jueves pasado, Ricardo Monreal celebró la política contra la corrupción, que ha impulsado el presidente Andrés Manuel López Obrador, sin tregua ni descanso.

Ante los grandes retos que impone la época actual, asentó el presidente de la Junta de Coordinación Política, la cooperación es clave para construir un Estado de Derecho sólido.

Explicó que, para encarar este fenómeno, en nuestro país se creó, en 2015, el Sistema Nacional Anticorrupción, al que acompañan el Sistema Nacional de Transparencia y el Sistema Nacional de Fiscalización.

Monreal Ávila agregó que este conjunto de sistemas y sus correlativos estatales, “cuentan con una serie de engranajes y poleas que, lenta pero metódicamente, van abriendo puertas y ventanas para sustituir a otra maquinaria, esa que queremos erradicar, la maquinaria del saqueo, la extorsión y la opacidad”.

Este modelo, dijo, representa un avance en la construcción de la estrategia para combatir un fenómeno que ha dañado profundamente la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas, pero ahora hace falta articular todas las instancias involucradas, “lo que implica desmontar la favela administrativa edificada durante décadas”.

Los distintos lenguajes de los organismos encargados de la fiscalización y el control, señaló el coordinador parlamentario de Morena, “han servido para beneficiar a los funcionarios corruptos”.

“Ya es tiempo de que el reloj de la anticorrupción y la transparencia le marquen la hora cero a todos los servidores públicos y empresas privadas, y de que funcione la maquinaria sincronizada contra la corrupción y la oscuridad en materia de servicios públicos, dinero público y dinero privado”.

Es preciso, acotó, garantizar que el derecho al acceso de la información se convierta en una rutina democrática, tan sencilla como que la gente pregunte y los gobiernos respondan; que la rendición de cuentas y el combate a la corrupción sean adoptados como procesos normales en el ejercicio público.

Además, dijo, se requiere una sociedad participativa, informada en los asuntos públicos, empoderada, que asuma su responsabilidad y que a la vez cuente con los mecanismos para tener acceso a la información pública y con la certeza de su seguridad cuando denuncie actos de corrupción.

Ricardo Monreal también destacó que el Senado ha aprobado reformas importantes para reforzar el combate de este ilícito, en materia de extinción de dominio, prisión preventiva oficiosa, publicidad de sentencias judiciales y principios éticos en las empresas.

Pero, aunque estos esfuerzos representan no sólo un avance en la construcción de un andamiaje legal contra la corrupción, sino también una postura más activa del Poder Legislativo, persisten los pendientes en la agenda que se deben solventar:

Mejores mecanismos de rendición de cuentas de los organismos constitucionales autónomos y, de ser el caso, mayores facultades de fiscalización de los órganos legislativos.

Así como la correcta implementación del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, que incluye un capítulo específico sobre medidas anticorrupción.

La corrupción, advirtió el legislador, cuesta a la población mundial 5 por ciento del Producto Interno Bruto de todo el planeta. “En México, debe estimarse en una cantidad mayor”.