Por: Redacción/

Incubada desde hace años, la crisis del capitalismo mundial ha sido exacerbada por el virus SARS-COV2, profundizando la precariedad laboral y la discriminación en Estados Unidos, escenario de un neobracerismo, en el que los migrantes son valorados como la fuerza para realizar trabajos peligrosos e insalubres.

Los mexicanos radicados en ese paìs han sido los más afectados por la pandemia del COVID-19 en New York, donde la vida de un connacional prácticamente no vale nada, afirmó el doctor Alfonso Gonzales, profesor de la Universidad de California en Riverside, en el ciclo de conferencias a distancia Coronavirus, depresión mundial y crisis sistémica, organizado por el Departamento de Administración de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“El momento es tan brutal en este sistema económico que no hay espacio para la compasión, por lo que el racismo emanado desde la Casa Blanca puede derivar en mayor segregación a través de políticas despiadadas en las que el valor del ser humano se reduce al de una mercancía”.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el keynesianismo económico significó la aplicación de programas sociales para proteger a las personas, pero ahora el movimiento migrante está fraccionado y muy lejos de la capacidad organizativa que tuvo hace décadas, refirió el experto.

En este complicado escenario, las remesas desde aquel país hacia América Latina –que representan 80 por ciento del total dirigido al resto del mundo– caerán 20 puntos porcentuales este año y quedarán en 57 mil 500 millones de dólares, sostuvo la doctora Genoveva Roldán Dávila, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La caída en los envíos impactará de manera negativa las finanzas de la región, en especial en las naciones de América Central y el Caribe, pues en Haití este ingreso representa 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); en Honduras, 22 por ciento y en El Salvador 21 por ciento, en contraste con México, donde alcanza apenas tres por ciento de dicho valor.

Si bien en marzo ese rubro registró en México un crecimiento que rompió incluso el pronóstico del Banco Mundial, en abril al parecer tendrá una importante disminución en un nivel que causará serios estragos en los sectores de la alimentación, la educación y los servicios médicos.

Los gobiernos receptores han aplicado la política de criminalizar a los ilegales, como una táctica, tanto para abaratar la mano de obra que representan como para no asumir compromisos o responsabilidades laborales.

La migración está ligada al modo de producción capitalista en sus diversas etapas, pero el fenómeno también genera rechazo, xenofobia y deportaciones, a pesar de que desempeña actividades catalogadas como sucias, peligrosas y difíciles, consideró Roldán Dávila.

La maestra Daniela Castro Alquicira, investigadora de la misma institución, explicó que la pandemia no sólo ha evidenciado que prevalece el racismo contra dicho segmento, sino también la debilidad del sistema de salud de Estados Unidos, donde según datos oficiales, 40 por ciento de los trabajadores tiene salarios bajos y 28 millones carecen de seguro médico –es decir, 17.5 por ciento del total– y 30 por ciento puede prestar sus servicios desde el hogar.

En 2019, la industria cárnica estadounidense aglutinaba a 600 mil personas –la mayoría de origen africano y latinoamericano– de las cuales 10 mil resultaron contagiadas de COVID-19 y algunas han fallecido.

Ese sector esencial emplea a 250 mil mexicanos, que cumplen sus funciones sin equipo de protección, en espacios inadecuados y sin desinfectar, mientras que en el agrícola lo hacen otros 300 mil carentes de atención médica, por lo que al enfermar son enviados a sus casas con sólo el 60 por ciento del sueldo.

Una quinta parte de los 16 millones de adscritos empleados al ramo de la salud son indocumentados y en los centros de detención migratoria –focos rojos para el contagio del coronavirus– están privadas de la libertad, al menos a 30 mil personas de diversas nacionalidades, concluyó.

Los especialistas disertaron en la novena sesión de la serie de ponencias denominada Migraciones y remesas en tiempos del Covid19.