• De acuerdo a recientes estimaciones de la OMS, México ni siquiera ha superado la primera ola de contagios.

Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

Se ha anunciado de manera reiterada que viene una tercera ola de contagios de Covid-19. Las autoridades hacen declaraciones prospectivas con gran seguridad, lo que lleva a cuestionarnos, el porqué sí pueden predecir el comportamiento del virus, pero no toman las medidas necesarias para evitar lo que viene. Así sucedió durante la primera, segunda y ahora la tercera ola que se está anunciando, a la par del anuncio por parte de la recién nombrada Secretaria de Educación Pública, maestra de educación primaria, Delfina Gómez, del pronto regreso a clases.

Por su parte. Hugo López Gatell, subsecretario de Salud y a cargo de gestionar la crisis sanitaria, ya ha estado hablando de decretar el semáforo verde, para la vuelta a la normalidad.

Ya se tuvo un primer repunte el año pasado con motivo de las vacaciones de verano, en donde se registró una cifra récord con más de 47 mil muertes, siendo México en primer lugar en mortalidad en el mundo.

De acuerdo a recientes estimaciones de la OMS, México ni siquiera ha superado la primera ola de contagios. Y cabe recordar que durante meses el vocero de la Secretaria de Salud, encargado de gestionar la crisis de la pandemia, manifestó de manera reiterada que el cubre-bocas no era necesario. Meses después aseguraría todo lo contrario, pero ya en semáforo rojo en todo el país.

La segunda ola se dio entre septiembre y octubre con unos 67 mil muertos, cifra inimaginable, puesto que las autoridades sanitarias en abril del año pasado habían dicho que esta pandemia no lograría llegar a los 26 mil casos y el escenario más catastrófico para el país serían los 60 mil muertos, pero ahora, con 201,623 decesos, ¿qué calificativo merece la crisis? ¿qué hay más grave que una catástrofe? Porque eso tenemos hoy.

Los datos duros colocan a México en los primeros lugares de mortalidad; en enero de este año superó a la India con 20 mil nuevos contagios en un solo día. Hoy está en el penoso tercer lugar de muertes, después de Brasil y Estados Unidos, que sigue a la cabeza, no obstante que a la llegada del presidente Joe Biden, comenzó una intensa e impresionante campaña de vacunación, con la aplicación de más de dos millones de vacunas diarias, en donde se han aplicado a la fecha poco más de 161 millones de dosis, por lo que se estima que tardaría un año más para completar la inmunización.

Y los números van en aumento, pese a que en vísperas de la Navidad comenzó la campaña de vacunación. A principios de diciembre México firmó un convenio para adquirir 34.4 millones de dosis, mismas que han llegado de manera muy dosificada.

A la fecha se han vacunado alrededor de cinco millones de personas, lo que apenas representa el 3.87 % de la población. A este ritmo, el total de la población mexicana estará vacunada para mediados del 2026, ya que haya finalizado la presente administración. Y mientras, no sabemos cuantos más morirán.

Las prospectivas han sido acertadas; sin embargo, no se han establecido políticas públicas al respecto, sino decisiones reactivas que ni siquiera han logrado paliar los contagios, los cuales se han multiplicado; basta decir que si en agosto del año pasado se tenía más de medio millón de contagios, para noviembre ya superaba el millón, con más de cien mil muertos. Y hoy mismo las cifras son desalentadoras: 2´226,550 contagiados y 201,623 muertos, esto es un 9% de letalidad.

Ausentes o desconocidas las acciones de gobierno para atender la crisis. La agenda gubernamental está dedicada a las campañas políticas, porque el periodo electoral está en puerta.