Por: Charlie/

La comunidad LGBT comienza a ser cada vez más visible en la industria musical, ya hemos explicado en otros artículos lo difícil que resulta ‘salir del clóset’ para los cantantes, pero en esta ocasión retomaremos el tema de la homosexualidad en los famosos grupos coreanos de k-pop, esa música que ha impactado a nivel internacional y en México no es la excepción.

El k-pop es un género musical que en los últimos años ha tenido mucho éxito en nuestro país. Se trata de un estilo musical que como indica su nombre es pop,  se origina en Corea del Sur y se caracteriza por integrar de una forma sumamente atractiva la coreografía, la voces, performances, estilos, moda y por supuesto esos tonos tan pegajosos.

Las empresas discográficas regularmente se dedican a conformar grupos, es decir, seleccionan a varios hombres o mujeres para crear una nueva figura musical. Evidentemente sus integrantes son muy apuestos y las mujeres muy bellas.

Después de esto algunos se preguntarán ¿y qué tiene qué ver esto con la homosexualidad? Algunos varones de los grupos musicales suelen realizar escenas, programas, sesiones de foto y demás simulando una relación sentimental y hasta cierto punto sexual con otro miembro de su grupo sin que eso tenga que ver con su orientación sexual.

Pero eso no es lo más relevante, es una paradoja que en un país conservador y tradicionalista se permitan realizar este tipo de prácticas en el ámbito del entretenimiento. Aunque son prácticas que se utilizan solamente para satisfacer al público, es decir, una estrategia de marketing que denominan fanservice, ya que a las y los consumidores les gusta ver este tipo de situaciones en el escenario y en el personaje de sus artistas.

Aclaremos algo, en la vida real, varios de ellos no aceptan la idea de la homosexualidad,  que los chicos actúen no significa que verdaderamente sientan deseos físicos, eróticos y emocionales por otro hombre, aunque claro, es de suponerse que varios pueden llegar a ser gays y por el miedo al rechazo, lo niegan.

El primer idol abiertamente gay

Hace unas semanas, el cantante k-pop Lee Tae Seob, conocido como Holland (nombre artístico) lanzó su primer single titulado “Neverland”, acompañado de un video musical que retrata una relación entre dos hombres, por supuesto que el cantante es el protagonista de esta historia. La letra hace referencia a la no aceptación de una orientación distinta a la heterosexual, el rechazo e hincapié que hacen las personas al decir que no es ‘natural’ ni ‘normal’ ser gay.

Es una manera interesante de dar a conocer al mundo que forma parte de la comunidad arcoiris, ello no significa que deje de ser un reto. Afortunadamente, Holland ha sido apoyado por sus fans, ha recibido comentarios positivos por ser una de las pocas, escasas, casi nulas figuras, abiertamente homosexual en Surcorea.

Antes de lanzar dicha canción, el artista no era muy reconocido ni visto por las empresas discográficas pero al notar que su video generó más de medio millón de visitas, inmediatamente quisieron saber de él. Por cierto, el audiovisual fue catalogado en su país como sólo apto para mayores de 19 años.

Lee, es un ejemplo de que ser ‘distinto’ no limita el éxito ni su capacidad artística, al contrario, es un ser humano igual a cualquier otro que merece ser aceptado, apoyado y que es respaldado no sólo por sus fans, sino por la comunidad LGBTTTI.

Homosexualidad, conducta inaceptable en Corea del Sur

Por supuesto que el cantante antes mencionado es un caso particular y hasta ahora de éxito, pero no todas las historias son así. Corea del Sur es uno de los países que no contempla ni el respeto, ni la tolerancia hacia los homosexuales, es una nación que se rige por valores tradicionales y donde absolutamente todos los hombres deben demostrar su masculinidad cuando forman parte de las filas del ejército.

Estar en las fuerzas armadas no es una opción para los varones de dicho lugar, es una obligación y los homosexuales no son para nada aceptados, al contrario, no sólo los discriminan sino que se considera un delito, esto de acuerdo con el código militar penal en el artículo 92-6, pues las relaciones sexuales entre varones son consideradas una vergüenza y conducta deshonrada.

Es tan alto el nivel de homofobia que a medidados del año 2017, las autoridades del ejército realizaron una cacería de brujas gay. Las acciones se basaban en utilizar aplicaciones cibernéticas y móviles de citas entre hombres y así detectar a los soldados con preferencias homosexuales. El gobierno no dio la cifra exacta, pero se conocieron al menos 32 casos de hombres acusados por dicha conducta.

Cabe destacar que todo esto se dio a partir de la difusión de un video donde se mostraba a dos soldados mantener relaciones sexuales.

Ser gay no forma parte de los derechos en Corea del Sur, es un delito, es impensable aceptar estas relaciones porque aún no están ‘preparados’ para ello.

Aún queda mucho camino qué recorrer para defender a la minoría LGBT en el país surcoreano. Claro que Holland merece un aplauso, pero no sólo hay que ver por él, sino por toda la comunidad, las lesbianas, gays, transexuales, transgénero, travestis e intersexuales que por ignorancia de otros y principalmente de las autoridades, viven con miedo y fingen llevar una vida tradicional.