Por: Redacción/

La UNAM no sólo ha sido gestora del conocimiento en ciencias tecnología y humanidades, también alcanza al arte, y una de sus ramas es el género musical con mayor fuerza cultural: el rock.

Intérpretes, músicos, letristas, egresados de la Facultad de Música (FaM, antes escuela nacional) y de varias entidades universitarias han contribuido y aportado al desarrollo rockero nacional.

El amor por el rock ha quedado plasmado en la memoria sonora de la Fonoteca “Alejandro Gómez Arias” de Radio UNAM, y extiende sus alas al primer mercado del género en Latinoamérica: el Tianguis Cultural del Chopo, que surgió en 1980 como un proyecto del Museo Universitario de mismo nombre, y sigue vigente.

A propósito del Día Mundial del Rock, que se celebra este 13 de julio, Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, recordó el primerísimo concierto de rock en Ciudad Universitaria, hace 25 años, en el Estadio de Prácticas “Roberto Tapatío Méndez”.

“La banda estelar era Santa Sabina, y de ahí se empezaron a organizar varios en la explanada central, en el estacionamiento del Estadio Olímpico, en el Espacio Escultórico, donde nosotros alternamos con Café Tacuba y Jorge Reyes”, recordó Suárez Lastra, entonces voz principal de su grupo “Guillotina”, y ahora vocalista de “Motor”.

El rock en el trabajo académico

En la Universidad Nacional el trabajo académico sobre este género se refleja en casi tres investigaciones y tesis de grado por año. La primera registrada oficialmente fue en 1986, cuando se gestaba el movimiento denominado “Rock en tu idioma”.

Hasta 2018 se han realizado 95 trabajos recepcionales con estricta evaluación académica. El primero fue “Lírica popular en el rock de los sesentas (1955-1970)”, tesis que para obtener el título de licenciado en Lengua y Literaturas Modernas Inglesas presentó María de Lourdes Gallego Martín del Campo (1986).

Así se escribieron otras en las carreras de Artes Visuales, Ciencias de la Comunicación, Ciencia Política y Administración Pública, Historia, Etnomusicología (referente a rock chamula), Desarrollo y Gestión Interculturales, maestría en Bibliotecología y Estudios de la Información, Psicología, Sociología, Diseño y Comunicación Visual, y Lengua y Literaturas Hispánicas.

Una particular fue la “Encuesta de síntomas y factores de riesgo asociados a trastornos de voz en cantantes de rock”, tesis con la que Arienne Menéndez obtuvo el grado de Especialista en Comunicación, Audiología y Foniatría, en la Facultad de Medicina (FM).

Otras propuestas se refieren a cómo escuchar rock progresivo instrumental reducía el nivel de ansiedad en estudiantes universitarios, o a la construcción de un museo del rock en México.

Licenciados del rock

Suárez Lastra, hoy politólogo y doctor en Geografía, con la responsabilidad de dirigir el IGg, aseguró que la mayor aportación de la UNAM es que en el campus central, hace 25 años, se gestó el público masivo del rock en México.

“La Universidad era el foro, el primero para ese tipo de conciertos masivos, de ahí salió la idea del festival ‘Vive Latino’. Se percataron que el rock mexicano ‘jalaba’ gente, por supuesto la motivación de los conciertos en 1994 era porque se buscaba apoyo al movimiento zapatista en Chiapas”, apuntó.

El titular del IGg subrayó que siempre ha realizado su actividad académica y musical a la par. “Es muy fácil, porque sucede en horarios distintos y para eso tienes dos lóbulos del cerebro. Son actividades realmente compatibles. Además, una de las funciones sustantivas de la Universidad es la difusión de la cultura.

“Creo que ser universitario y tocar en una banda de rock, bailar, ser poeta, tocar un instrumento, pintar, escribir, o cualquier forma de arte te hace más completo. El rock es la mitad de mi vida, sin esa parte sería muy aburrido el resto”.

No es un género menor

José Arean es egresado de la Escuela Nacional de Música, hoy FaM, y graduado con honores en Dirección Orquestal por el Conservatorio de Viena. Fue asistente de Herbert von Karajan durante 10 años, y aseguró que “el rock no es, de ninguna manera, un género menor”.

Tuvo sus primeros acercamientos a este género en español con la banda argentina Serú Giran. En la adolescencia conoció a sus cómplices musicales, con los que formaría su primera banda de rock: Bon y los Enemigos del Silencio, que a la postre lo llevaría de gira por 25 ciudades con Hombres G, y ser el grupo que abrió el mítico primer concierto internacional en México: Rod Stewart, en el Estadio Corregidora de Querétaro.

“El rock es muy diferente a la música clásica, sin duda. El blues tiene menos acordes, solamente tres. El hecho de ser música popular mexicana no la hace menor en comparación con la música académica, por el simple hecho de su complejidad”, explicó.

Arean, quien ha sido director huésped con la Orquesta Sinfónica Nacional, la Filarmónica de la Ciudad de México, la OFUNAM, la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez y la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Viena, entre otras, aseguró que la expresión que tiene el rock es un tipo de energía y de comunicación con el público, que rara vez se da en un concierto clásico.

“La improvisación, es vivir el momento absoluto, casi zen, donde no existe ni el pasado ni el futuro, sólo ese instante, cosa que sucede también en el jazz: ése es un valor que no tiene la música clásica y que lleva una fuerza expresiva enorme. Entonces, hacer vibrar a 60 mil personas en un estadio, sentir esa electricidad que hay en el rock no demerita el poder hacer una 5ª Sinfonía de Mahler, simplemente son cosas distintas”, acentuó.

El rock tiene como característica ser una manifestación que se identifica con la cultura joven, con la cultura de la rebeldía, con la protesta, con el antagonismo sistémico; entonces hay una relación muy íntima con la Universidad, porque la cultura joven siempre estará aliada al rock, concluyó el director de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.