Por: Redacción

Con el objetivo de impulsar una cultura científica y apreciar el quehacer de los investigadores, el Centro de Nanociencias y Nanotecnología (CNyN) y el Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM en Ensenada, Baja California, abrieron sus puertas para dar lugar a la primera edición de La Noche de las Ciencias, que se realiza en el marco del Año Dual Alemania-México. Así, entre cañones de humo, nanopartículas de plata, cámaras infrarrojas y un cielo estrellado, cientos de personas se dieron cita.

Se trata de un evento de divulgación, en el que participaron las principales instituciones académicas y de investigación en esa ciudad, con el fin de recibir a la comunidad y mostrar parte de su trabajo, los laboratorios y el equipo que hace posible sus labores de investigación y docencia.

“Buscamos que los jóvenes se interesen en carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología, y apuesten al desarrollo de la sociedad basado en el conocimiento científico”, señaló Juan Peralta, encargado del área de difusión del CNyN.

Con el apoyo de estudiantes de licenciatura y posgrado, en las sedes de la Universidad Nacional se realizaron de manera simultánea, y entre ambas entidades, más de 100 actividades gratuitas de divulgación.

Un paseo por el Universo

En el encuentro los telescopios cassegrain, instalados a lo largo de la terraza del edificio del IA, esperaban los ojos curiosos de los interesados en observar los cuerpos celestes que el cielo norteño ofrece.

Al mismo tiempo, en diversos laboratorios de la misma instancia, académicos y técnicos compartieron con el público su quehacer cotidiano: analizar a través de cámaras infrarrojas, elaborar piezas o aluminizar espejos de los distintos telescopios ubicados en el Observatorio Astronómico Nacional en la Sierra de San Pedro Mártir, entre otros quehaceres.

Asimismo, las charlas El cielo radiofónico, El discreto encanto de la ciencia y Qué hemos aprendido del Universo, permitieron a la sociedad ensenadense acercarse al espacio sideral.

Nanociencias, un paseo por un mundo diminuto

“Si tenemos tres objetos de diferente forma, tamaño o función (un lingote, un anillo y una moneda de oro, por ejemplo) sus propiedades físico-químicas se mantienen si son del mismo elemento; a escala nanométrica sus propiedades cambian, y el metal pude ser reactivo, tóxico, catalizador o aislante”, explicó Roberto Vázquez, investigador del CNyN en su ponencia La nanotecnología en la salud.

De ahí, añadió, surge el esfuerzo por investigar y desarrollar nanomateriales con aplicaciones en el sector salud, alimentos, vestido, o deporte.

A lo largo de seis horas, los ponentes ofrecieron un recorrido por el diminuto mundo de las nanociencias y reflexionaron sobre la ausencia de normas para controlar la toxicidad de los nanomateriales en el sistema biológico.

El Centro también ofreció visitas guiadas, recorridos por los laboratorios con tecnología de punta y talleres. Una cuerda vibrante, un cañón de humo, células sanguíneas a través del microscopio, un globo al vacío y espuma inflamable fueron algunos de los experimentos que los visitantes disfrutaron.

También participaron en la velada el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) y la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Finalmente, se presentó la charla Robots que juegan futbol, de Raúl Rojas González, premio Nacional de Ciencias 2015 e investigador de la Universidad Libre de Berlín, y un concierto de la Orquesta del Centro de Estudios Musicales de la Universidad Autónoma de Baja California.