• Junto con la pandemia del Covid-19 vino otra que dejará secuelas a largo plazo y es la de la salud mental, pues las enfermedades psiquiátricas se dispararon.

Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

A casi dos años de haberse declarado oficialmente la pandemia del Covid-19, todavía es incierto el que pueda verse el final de esta pesadilla que ha transformado al mundo, la manera de dimensionar las enfermedades, los sistemas educativos, de producción, las finanzas, la forma de relacionarnos socialmente, de ver la vida y todo lo que nos rodea, porque este virus ha cambiado absolutamente toda la vida en la tierra y muy posiblemente fuera de ella.

Pero junto con la pandemia del Covid-19 vino otra que dejará secuelas a largo plazo y es la de la salud mental, pues las enfermedades psiquiátricas se dispararon, no sólo por el estrés del aislamiento obligado de la población, sino del personal de salud.

Según estudios del Ministerio de Salud de España publicados en la revista Lancet Psychiatry, la infección viral trae consecuencias en el sistema nervioso central; el aislamiento también genera un gran impacto social, pero además problemas psicológicos, por la preocupación de infectar a otros, el estigma, el delirio por los cambios de conciencia, alteraciones del comportamiento y alucinaciones y todo ello aunado a la depresión, la ansiedad, la fatiga y el trastorno de estrés postraumático. Tal es así que el 43.9% de los pacientes hospitalizados por Covid-19 padece algún síntoma psiquiátrico, el 12.2 % trastornos postraumáticos y el 26.8% ansiedad o depresión.

Por otra parte, los pacientes con enfermedades previas se han agravado y ha exacerbado las recaídas; por ejemplo, los que sufren por agorafobia, trastornos obsesivo compulsivos de limpieza, los que sufren psicosis, trastorno bipolar y otras patologías. Para ellos la pandemia ha sido motivo de gran sufrimiento.

Pero en las relaciones afectivas la pandemia también ha limitado que la gente se pueda expresar libremente, puesto que los abrazos están vedados, no se diga los besos y el espacio vital simplemente se ha ampliado a metro y medio, por lo que las personas no sólo están restringidas físicamente, sino afectiva y emocionalmente, lo cual es muy frustrante para cualquiera, porque lo que fue antes ya no lo es ahora, las fiestas, los cumpleaños, todas las celebraciones simplemente tuvieron que desaparecer y con ellas muchas industrias del entretenimiento, los salones de fiestas, los que se dedican a organizar eventos, incluso el personal, por lo que no ha sido raro ver en las calles, en las casetas, afuera de los grandes comercios, etc., a meseros, músicos, artistas y otros muchos trabajadores, pedir una ayuda para poder sostenerse. Y la quiebra de muchos pequeños negocios ha sido inevitable. No sólo en México, en el mundo entero.

La vida en sociedad se ha vuelto prácticamente virtual y muchas celebraciones nacionales, cívicas, militares, religiosas y políticas han tenido que posponerse, limitarse o simplemente cancelarse.

La crisis económica que ha traído consigo el coronavirus se ha generalizado, pero también la crisis política, ante la incapacidad de los gobiernos de gestionar esta crisis mundial. Pero las naciones, aunque integradas a muy diversas organizaciones internacionales, no han logrado establecer políticas públicas globales, que seguramente hubieran podido contener y tal vez dar solución al problema. Pero los intereses políticos, las posiciones ideológicas y las motivaciones económicas lo han impedido.

El hecho es que ya han muerto más de cinco millones y medio de personas en el mundo y actualmente se tienen registrados más de 328 millones con Covid-19 en sus diversas variantes, aunque ya casi cuatro mil millones de personas han sido vacunadas, esto es, el 50.9 % de la población mundial.

Estos son los datos fríos, pero elocuentes de la situación en el mundo, considerando sólo los 20 países con mayos número de contagios. Y México destaca por ser el país con mayor letalidad, aunque bajó más de tres puntos, pues hace unos meses estaba sobre el 10%.

El Reino Unido ha sido el que mas impacto demográfico ha tenido, puesto que un mayor porcentaje de su población se contagió, contrario a India, que por ser el segundo país más poblado del mundo sólo registra un 2.72% de su población contagiada.

En lo que se refiere al porcentaje de vacunados, España está a la cabeza, seguido de Francia, Argentina e Italia. Mientras que Indonesia apenas ha logrado vacunar al 15,72% de su población, Sudáfrica el 27.30% y Ucrania el 34.42%.