• En varios países San Miguel Arcángel, el comandante de la milicia celestial, es el Santo Patrono de la Infantería y del Ejército en General. En Brasil también es considerado el Santo patrono de los Paracaidistas.

Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

La carrera militar se caracteriza no sólo por su disciplina y el estricto cumplimiento de las normas, sino que está provista de mucha mística, no sólo para el servicio de las armas y por los valores que enarbola como la lealtad y el honor, sino porque además hay una parte de religiosidad que esta mística inspira. Por ello las armas y servicios de los ejércitos cuentan con patronatos incluso ancestrales.

El Teniente Coronel del Cuerpo General de las Armas del Ejército de Tierra, Diplomado de Estado Mayor y Doctor en Historia, Pedro Luis Pérez Frías publicó un estudio sobre la Virgen María y los Ejércitos en el 2012, en donde señala las diversas advocaciones de la Virgen en el Ejército Español, en donde señala que de los cuatro grandes grupos que integran las fuerzas armadas españolas, tres se encomiendan a la protección de nuestra Señora en una advocación de Gloria.

La Armada se acoge a la protección de la Virgen del Carmen; el Ejército del Aire a la Virgen de Loreto; y la Guardia Civil a nuestra Señora del Pilar. El Ejército de Tierra cuenta con diversas advocaciones de la Virgen, ya qua cada unidad cuenta con su propia patrona.

En épocas muy anteriores el patronazgo de los ejércitos se atribuía al Apóstol Santiago, el cual se popularizó a partir de la batalla de Clavijo, contra los musulmanes, en La Rioja en el año 844, en la que se cuenta que fue gracias a su intervención que se decidió el triunfo a favor de las tropas cristianas. Esta historia la recoge Miguel de Cervantes Saavedra en El Quijote, por eso el Apóstol también se considera patrono de España.

La Armada anteriormente también tenía como patrona a la Virgen del Rosario, ya que en la Batalla de Lepanto la Virgen asistió a bordo de la galera Don Juan de Austria como Capitana Real, junto con una imagen de Cristo, que a partir de ahí tomó el nombre de Cristo de Lepanto. La imagen de la Virgen del Rosario fue donada al Hospital de Galeras del Puerto de Santa María, pero luego fue trasladada al Museo Naval. El Cristo de Lepanto se encuentra en la Catedral de Barcelona.

La devoción a la Inmaculada Concepción caracteriza a la Infantería, así como a los Cuerpos de Estado Mayor, Jurídico, Eclesiástico, Veterinaria, Intervención, Farmacia y Oficinas Militares, junto a los servicios de Estado Mayor y Geográfico. Por su parte, Sanidad Militar es devota del Perpetuo Socorro.

Y cabe señalar que en las diversas unidades de las armas y servicios  del ejército se verena a diversas advocaciones de la Virgen.

En varios países San Miguel Arcángel, el comandante de la milicia celestial, es el Santo Patrono de la Infantería y del Ejército en General. En Brasil también es considerado el Santo patrono de los Paracaidistas.

San Miguel Arcángel también es Patrono de la Iglesia Universal y su protector, dada su posisición de preeminencia en los ejércitos celestiales, a los que comanda. Y recordemos que fue él quien lanzó al demonio a los infiernos, luego de una gran batalla en donde salió vencedor. Y tomará parte asimismo en el Juicio Final.

Sin embargo, cabe aclarar que el hecho de que cada arma o servicio de las fuerzas armadas cuente con un Santo Patrono, no implica necesariamente la religiosidad de los integrantes de dicha arma o servicio, sino que es un símbolo espiritual que anima y representa su razón de ser y la lucha permanente por los valores de quienes están formados para luchar por una causa justa y sobre todo, si es preciso, para entregar la vida por su Patria, que no es otra cosa que la representación de toda una nación, formada por una población y un territorio. Y esto implica el sacrificio supremo y más sublime en defensa de los valores permanentes que trascienden a los intereses personales y quedan plasmados para la posteridad.

Algunas armas, como la Caballería y la Artillería tienen patronos universales, esto es, que caracterizan a estas armas en el mundo.

La Caballería tiene como patrono a San Jorge venciendo al dragón con su lanza. En México es emblemática la Marcha Dragona, por ejemplo, que es el himno de la Caballería y en cada desfile militar las unidades marchan al compás de esta marcha, que por otro lado, es una obra maestra de la música marcial. Y no es extraño por eso que a los integrantes de la Caballería les den el sobrenombre de dragones.

San Jorge fue el principal emblema de los ejércitos rusos; varias órdenes militares portan su nombre o sus símbolos, como la Orden de la Jarretera, orden de Caballería más importante y antigua del Reino Unido, fundada en 1348; la Orden de los Caballeros Teutónicos del Hospital de Santa María de Jerusalén, orden de carácter religioso militar fundada en Palestina en 1190 durante la III Cruzada;  la Orden de Calatrava, orden religiosa y militar fundada en Castilla en 1158;  la Sacra Orden Constantiniana, orden de caballería fundada en la época constantina por el año 1190; o la Orden de San Jorge de Alfama, orden militar fundada en Aragón en el 1201.

Jacques de Voragine, autor de la célebre Légende Dorée cuenta la historia de San Jorge: finalizaba el siglo III y en el Imperio Romano el cristianismo iba extendiéndose cada día, transformando paulatinamente al mundo conocido, que antes de la evangelización eran pueblos paganos que adoraban ídolos, serpientes y monstruos, ofreciéndoles sacrificios humanos.

Junto a la ciudad de Libia, en un lago, vivía un monstruoso dragón que atormentaba a los habitantes con su bufido, tan pestilente que con el olor mataba. Y como en esa época era costumbre pagana tranquilizar a los dioses entregándoles jóvenes para el sacrificio, así lo hicieron, comenzando con la hija del rey. Pero al dirigirse a su inmolación, se encontró con un joven tribuno romano, bien armado y montado en un hermoso caballo tordillo, que le promete salvarla en nombre de Jesucristo. Era San Jorge, quien al ver que el dragón se apresta para embestir, enristra la lanza, clava las espuelas y lo acomete con un impactante lanzado, dejándolo por tierra y sin fuerzas.

La princesa usa un cinturón como cabresto para llevar a la bestia a la ciudad, totalmente dominada. Y ante el asombro de los habitantes del lugar, San Jorge los tranquiliza y les comunica que Jesucristo lo ha enviado para salvarlos y que si se convierten matará al dragón, liberándolos para siempre.

Ese día veinte mil nuevos cristianos se bautizan. San Jorge desenvaina su espada, cumpe su promesa y se despidie. El rey, en agradecimiento erige una iglesia en honor de la Virgen y del Santo protector. Debajo del altar brota una fuente que cura a los enfermos.

Sin embargo, las persecusiones contra los cristianos se acentuaron por parte de los reyes paganos, lo que dejó miles de mártires conversos. Por esa razón San Jorge, conmovido por tantos sacrificios, se decide a combatir el paganismo aún a precio del martirio  y se presenta ante  Dacio, rey de Persia para exclamar que todos los dioses de los gentiles son demonios, pues sólo Dios ha creado los cielos, pero es hecho prisionero y sufre  incontables tormentos, pero su fe y la ayuda del Señor hace que logre superar el inmenso dolor; lo queman, tratan de desgarrar sus miembros; una rueda de espadas se quiebra cuando lo atan a ella y una caldera de plomo fundido se convierte en un baño reanimador; un mago le da vino envenenado, pero a San Jorge nada le pasa y el mago se convierte y lo decapitan. San Jorge pide a Dios dar un golpe contundente, el edificio se derrumba, destuyendo ídolos y sacerdotes, la tierra se abre y se traga todo. La esposa de Dacio se convierte y él furioso la cuelga y la azota hasta morir.

Dacio en su impotencia ordena que San Jorge sea arrastrado por la ciudad y que lo decapiten, pero él, antes de derramar su sangre por Jesucristo, le pide un favor, que todos los que en situación de peligro invoquen su ayuda, puedan ser auxiliados y una voz del cielo le contesta “¡Así se hará!”

Una vez muerto el Santo, llega fuego del cielo sobre Dacio y sus guardias, cayendo fulminados.

Siglos después, durante la Primera Cruzada, un joven radiante anuncia a su capellán que San Jorge es el general del Ejército Católico y que los asistirá en la batalla, se trataba del histórico sitio de Jerusalén, donde aparece con vestimentas blancas y cruz de color rojo vivo, haciendo señas a los cruzados para que lo siguieran. La plaza es conquistada y los cballeros recuperan el Santo Sepulcro.

Y está también la patrona universal de la Artillería, Santa Bárbara. Cuenta la leyenda que fue torturada por su propio padre, que era pagano.

Santa Bárbara nació en Nicomedia, cerca del mar de Mármara, actual Turquía,  en el siglo III. Su padre era Dióscoro, un rey tirano que al enterarse de que su hija se había convettido al cristianismo, la encerró en un castillo y la obligó a casarse, pero ella se opuso, diciendo que prefería a Cristo como su esposo. Lleno de furia, su padre mandó matarla, pero ella huyó; sin embargo lograron atraparla. La ataron a un potro, la flagelaron, la desgarraron con rastrillos de hierro y fue colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y quemada con hierros candentes. Finalmente su propio padre la envió al tribunal, donde el juez decretó su decapitación, acto que ejecutó el mismo rey, su padre, en la cima de una montaña, pero cuando lo hizo, un rayo lo alcanzó y lo mató. Por este hecho Santa Bárbara se convirtió en la patrona de todos los artilleros europeos y por extensión de todos los militares que pertenecen al arma de Artillería en la mayor parte del mundo, incluso en algunos países árabes.

Por otra parte, los ingenieros militares tienen como su santo patrón a San José, ya  que él era un Tekton, palabra que en griego significa carpintero y también constructor, el que construye cosas. Pero tekton comparte raíz con el término tékne, que designa a la producción o fabricación material, por medio de lo que se puede transoformar a lo natural en artificial y que también significa arte, técnica, estudio, ciencia, tratado. Por todo esto ha sido asociado con el cuerpo de  ingenieros militares.

La devoción y la mística está también en las fuerzas armadas, porque es parte de la naturaleza humana y un aspecto necesario para la vida.