Por: Redacción

El momento que vive el periodismo en México plantea la necesidad de reflexionar sobre esta actividad para diferenciar entre informar y opinar, por un lado, y difamar y calumniar, por otro, señaló la doctora Perla Gómez Gallardo, titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

La ombudsman expuso que periodistas que difunden información veraz corren el riesgo de verse sometidos a juicios interminables por “personas públicas que no quieren ser escrutadas”.

En la presentación del libro El género neuronal del periodismo. Pautas y ejemplos del editorial en México, del maestro Omar Raúl Martínez, realizada en la Unidad Cuajimalpa, la también profesora del Departamento de Estudios Institucionales de esa sede de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) afirmó que el homicidio de comunicadores en México “es un tema vigente que sigue indignando y continúa siendo responsabilidad del Estado mexicano, en el mejor de los casos, por omisión”.

Los estudiantes deben aprender a ejercer el periodismo utilizando las herramientas de la transparencia y el acceso a la información, recomendó.

La obra del investigador de esta casa de estudios fallecido en mayo de 2016 coadyuva a la comprensión de la fuerza de la labor informativa, pues “que nadie se confunda: la libertad de expresión sí es un derecho humano individual, pero la función social del reportero” como intermediario entre “la información y la sociedad, lo convierte en sujeto de ataques y amenazas, por lo que es a quien debemos proteger”.

La doctora Gómez Gallardo expuso que no es menor que una de las acciones interpuestas en diversas instancias ante la nueva Constitución de la Ciudad de México cuestiona “por qué regular garantías a quien realiza labores informativas”, sin entender que no es un privilegio e incluso resulta un escándalo darle protección, porque quiere decir que no puede ejercer libremente su profesión.

“Si hoy estamos sumando una muerta más y tenemos un nivel de impunidad que no cesa, por supuesto que una Constitución debe reconocer niveles de seguridad al ejercicio periodístico”, destacó.

La ombudsman expresó su solidaridad con la familia y los colegas de corresponsal del diario La Jornada en Chihuahua, Miroslava Breach Velducea, asesinada en la capital de ese estado.

La obra del maestro Martínez es vigente y “es nuestra obligación moral y de congruencia” difundir esos insumos de reflexión, como fuentes obligadas para los estudiantes de licenciatura e incluso para el resto de la sociedad.

El maestro José Reveles, ex coordinador de la Cátedra Miguel Ángel Granados Chapa de la UAM, cuestionó que un amplio sector de usuarios de las redes realice un análisis coyuntural lanzando frases tajantes como si se tratara de un artículo editorial, pero sin haber corroborado la información y cuando todavía brillan por su ausencia los datos duros, certeros e irrefutables sobre un suceso considerado relevante.

En los videos denominados virales –por haber alcanzado niveles altos de reproducción– así como en memes –con más humor que reflexión– la subjetividad suele dominar a la objetividad, ya que esos productos otorgan valor superior a la opinión respecto de la información “y esto ocurre por algo muy elemental: resulta más fácil emitir un juicio instantáneo, que trabajar en buscar un apoyo racional y lógico apegado a los hechos”.

En la profesión sobreviven “esos privilegiados a los que llamamos analistas, los articulistas que pertenecen al grupo de opinión de un medio escrito, radiofónico, televisivo o en sitios de Internet” y de ese mundo periodístico se ocupó el maestro Martínez.

La doctora Amelia Nora Martínez Sánchez, académica de la Universidad Autónoma de Zacatecas, sostuvo que el autor de El género neuronal del periodismo insistió siempre en la valoración que desde la academia debía darse a la estructura narrativa del artículo periodístico en el contexto actual de los medios, en los cuales la reflexión, la investigación y la argumentación muchas veces están ausentes y, por tanto, los temas de interés público son tratados con descuido y superficialidad.

Como docente comprometido, se dio a la tarea de elaborar ese texto, que es una especie de manual o guía más completa sobre el editorial y expone que la razón de llamarlo “género neuronal” está en el propósito de conectar neuronas, de poner en funcionamiento el cerebro con diferentes herramientas: desde la lectura constante, la búsqueda de información, la relación de acontecimientos y la interpretación, hasta la argumentación para fundamentar el escrito, señaló Martínez Sánchez.