• Expertas participaron en la jornada Mujeres. Perspectivas históricas y contemporáneas, en la que se analizó el papel de las editoras.

Por: Redacción/

La creciente labor por visibilizar, pensar, situar y dar espacio a las voces de las mujeres en muchos sentidos es un asunto de justicia histórica, no en términos de revancha sino de resarcir su anulación, que por siglos se sostuvo, a pesar de ser parte fundamental en la historia del libro –como escritoras y lectoras– con un papel esencial y determinante y, sin embargo, casi siempre estuvieron tras bambalinas por una política patriarcal que desde hace unos años se viene revirtiendo, señaló la maestra Andrea Fuentes Silva.

En la segunda mesa de la jornada Mujeres. Perspectivas históricas y contemporáneas, la Jefa de la sección de Producción Editorial de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dijo que el pensamiento y la intelectualidad femeninos tienen otras formas de tejer y concebir una realidad disruptiva a un sistema opresivo en el que desde el mundo de la escritura, el ensayo y la literatura se persigue socializar y recuperar asuntos nodales que implican la transformación de la sociedad, dentro de la cual los libros son herramientas políticas primordiales y así deben ser utilizados.

Otra de las violencias en el mundo de las letras tiene que ver con la misma idea del canon de lo que es la alta literatura, cuya premisa ha sido cuestionada por el sector femenino, porque en realidad hay otra elaboración y configuración de lo que significa, por ello publicar a mujeres no sólo tiene que ver con visibilizar las desigualdades, violencias y reivindicar el rescate histórico, sino con entender y cambiar con sus voces el panorama de muy distintas maneras, añadió Fuentes Silva.

Un ejemplo muy significativo acerca del ejercicio de investigación y publicación de escritos elaborados por mujeres es Vindictas, un proyecto de recuperación de autoras hispanas del siglo pasado que se ha extendido a escritoras mexicanas, pero también a las olvidadas y marginadas, quienes no decidieron quedarse a la sombra ni guardar en secretos sus textos, sino que fueron desplazadas por las grandes editoriales encabezadas por el gremio masculino, que en su mayoría consideraba poco interesante o pertinente el pensamiento de las mujeres.

La iniciativa –dirigida por Socorro Venegas Pérez, directora general de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México– busca posicionar el rescate y la compartición de textos, porque la historia de la literatura latinoamericana no está completa sin sus autoras e incluirlas implica la curiosidad de conocerlas, “contando en primera persona aquello que sólo hemos llegado a saber por los escritores, lo cual no está mal, pero demuestra que hay mucho que aún tenemos por leer”.

La escritora y editora Venegas Pérez comentó que “cuando me proponen publicar una antología, reviso el índice y sólo veo escritores varones, yo pregunto si no hay autoras que puedan incluirse –aunque sepa que existe una respuesta afirmativa– porque me gusta ver las reacciones que por lo general ponen a los colegas a la defensiva, como si estuviera descubriendo una falta y una carencia de rigor, que en el fondo lo es, porque indica que no se ha investigado lo suficiente; al final siempre resulta haber escritoras que puedan sumarse, no por ser mujeres, sino porque hay un trabajo que las sustenta”.

Durante esta mesa –moderada por la doctora Freja Ininna Cervantes Becerril, académica del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa de la UAM– la maestra Selva Hernández López, investigadora y curadora especializada en la historia del libro en México, aplaudió la labor de colectivas feministas separatistas que trabajan desde la independencia a través del fanzine y risografías novedosas y actuales que logran publicar con muy poco dinero en el garaje de los padres o en algún taller solidario.

Estas prácticas radicales merecen gran reconocimiento por falta de recursos, pero también por la pobreza de tiempos, porque las mujeres además atienden un sinnúmero de actividades que tienen que ver con el sostén de la familia, emocional y de cuidados, porque la visión empresarial comercial corporativa no tiene ningún interés en nada de lo anterior, ellos quieren hacer libros que se vendan, a pesar de haber autoras increíbles con temas sensacionales que por desgracia no son publicadas como sí lo están aquellas que venden por mantener contenidos en tendencia.