Por: Redacción/

Información inédita sobre las aportaciones a la educación y la cultura nacionales contiene el libro Italianos en México. Arquitectos, ingenieros y artistas entre los siglos XIX y XX, coordinado por el doctor Martín Manuel Checa-Artasu, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y el cual revela que la influencia de la inmigración proveniente de ese país europeo data desde el Renacimiento.

La presentación de la publicación, que aporta datos de archivos consultados en Italia y algunos ofrecidos por descendientes de aquellos inmigrantes, se realizó en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

La obra enfatiza la contribución de los arquitectos Adamo Boari, Silvio Contri, Pio Piacenti, Enrico Deserti, Enrique Alciati y Alessandro Lazzerini, constructores del Palacio de Bellas Artes, la sede de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (Centro SCOP), el Templo expiatorio de Guadalajara y el Teatro Peón Contreras en Mérida, así como la Columna de la Independencia o el Hemiciclo a Juárez en la Ciudad de México, elementos escultóricos de gran simbolismo.

Checa-Artasu afirmó que arribaron a México en distintos momentos de crisis en su país natal: proceso de unificación de aquella nación en 1860 o durante la Segunda Guerra Mundial, “resultado de las carencias y persecuciones propiciadas por el régimen de Benito Mussolini, aliado a la Alemania nazi”.

Para el académico del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa de la UAM los italianos “dejaron sus obras, técnica, conocimientos y talento, en muchos casos aprendidos por mexicanos, pero también propiciaron el arraigo cultural de sus descendientes, que han desarrollado su conocimiento y talento en nuestro país, ahora como mexicanos”.

Al término de la Revolución Mexicana, muchos inmigrantes italianos aportaron su conocimiento y desarrollaron investigaciones y actividades de gran relevancia para México. Ese sería el caso de Enzo Levi, uno de los pioneros de la hidráulica en el país o de Bruno Cadore Marcolongo, maestro de arquitectos en la Universidad de Guadalajara.

“La influencia italiana en el país tiene origen en épocas tan remotas como el Renacimiento, movimiento intelectual y artístico que permeó Europa y cruzó el océano para llegar a tierras mesoamericanas y darle un nuevo rumbo a la historiografía de nuestro país”, señaló la doctora Lizbeth Aguilera Garibay, directora de planeación de la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“El humanismo renacentista fue un factor de cambio en la organización política, social y religiosa, así como lo fue el derecho romano y la tradición católica apostólica romana que aún norma la convivencia en nuestra nación”.

El libro, “presentado en un formato asequible para todos los interesados en el arte, celebra la importancia del sentido de pertenencia, aborda el significado de ser italiano a fines del siglo XIX a la par de indagar sobre el sentido de ser un italiano emigrado en México en aquellos años”, explicó Aguilera Garibay.

En México, el Registro Nacional de Extranjeros residentes al 31 de diciembre de 2016 reporta 7,744 de nacionalidad italiana, cifra que ha aumentado los últimos años pues en 2000 se registraba 3,904 transalpinos viviendo en el país, mientras que en aquella nación residen 4,357 mexicanos.

Italianos en México. Arquitectos, ingenieros y artistas entre los siglos XIX y XX, de 460 páginas, escrito por 17 autores, tanto mexicanos como italianos, bajo la coordinación del doctor Martín Checa-Artasu y la arquitecta italiana Olimpia Niglio, docente en la ISSR, Pontificia Facoltà Teologica Marianum del Vaticano, se puede adquirir en formato digital en la dirección electrónica www.aracneeditrice.it