• El actual presidente electo de Estados Unidos tendrá que trabajar rápidamente en su proyecto para tratar de reconciliar a la población que está polarizada desde hace varios años en la nación.

Por: Redacción/

El discurso de odio mantenido durante la presidencia de Donald Trump “no va a desaparecer de la noche a la mañana y a Joe Biden le tocará intentar frenar la radicalización de esos grupos que seguirán actuando, pero lo importante es que carezcan de argumentos que alienten motines de una violencia extrema como la del día de ayer, 6 de enero”, aseguró la doctora Laura Del Alizal Arriaga, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

De acuerdo con la académica de la Unidad Iztapalapa, el actual presidente electo de Estados Unidos tendrá que trabajar rápidamente en su proyecto para tratar de reconciliar a la población que está polarizada desde hace varios años en la nación.

“A inicios del siglo XX había ciertas voces de alarma en el sentido de que cada vez era más difícil que la sociedad estadounidense lograra los acuerdos y consensos necesarios para una democracia; ha sido un proceso paulatino que se recrudeció con la llegada de Trump”.

Desde su campaña en 2015, los enemigos eran en ese momento los mexicanos y migrantes considerados ladrones y asesinos, y aunque poco a poco esto disminuyó, no fue así con las acciones para detener el muro.

“Trump lo único que hizo fue ceder en términos de retórica y detener la exacerbación del odio racial en contra de los mexicanos, pero se trasladó a la minoría afroamericana”, apuntó la miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Ante la irrupción de sus simpatizantes en el Capitolio –en el momento en que parlamentarios se encontraban reunidos para certificar de manera formal la victoria del candidato demócrata Joe Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre– la especialista en política exterior mexicana consideró que no se trataron de actos espontáneos.

“La acción fue mucho más concertada por parte de grupos de extrema derecha dispuestos a llevar la situación hasta las últimas consecuencias, entre los que se encuentran, por un lado, los supremacistas y, por otro, los vinculados a las redes sociales dados a las teorías del complot, para quienes el discurso de fraude electoral y falsificación de votos resulta perfectamente creíble”.

La profesora del Departamento de Sociología explicó que Trump utilizó la aceptación y el liderazgo que tiene entre ciertos sectores de la sociedad para impulsar actos antidemocráticos, además de mostrar ser un autócrata que intentó debilitar las instituciones, por lo cual se vislumbraba que no reconocería su derrota de modo tan fácil.

“Es una persona sin convicción democrática que finalmente iba a hacer uso sobre algunos miembros de la población para poner en crisis la democracia en Estados Unidos”.

La doctora Del Alizal Arriaga señaló que el peligro más inmediato es que estos sectores que lo apoyan sigan manifestándose de manera violenta, en general hacia ciertos grupos como las mujeres y las minorías sexuales, lo cual representa un riesgo para la estabilidad política interna de aquella nación.

“Fue una situación inédita e inesperada en esta democracia que ha sido siempre un modelo para el mundo, lo cual nos habla de una crisis que debería ser una señal de alerta para los demás países, sobre todo para aquellos con aspiraciones democráticas”.

El asombro que provocó en muchas naciones ver estas escenas de tanta violencia y el que haya un saldo de cuatro muertos, no es nada agradable para el sistema político y su imagen en Estados Unidos, sostuvo.

Sin embargo, manifestó que a pesar de los disturbios, los indicadores económicos se movieron en forma positiva y el triunfo de los demócratas –con una mayoría en el senado– fue bien recibida por los mercados financieros, lo cual reflejaría indicios favorables en la restauración de la economía estadounidense y tranquilidad para los inversionistas ante la salida de Trump.

“La democracia estadounidense es fuerte, sus instituciones también y esto sin duda es alentador porque habrá una recuperación y una parte del partido republicano va a aceptar la necesidad de que termine la polarización con el partido demócrata”.