• Debido a la situación en la que nos encontramos por la pandemia hay mucho estrés y en ese sentido gran cantidad de moléculas provocan que las defensas se vean abatidas.

Por: Redacción/

El organismo humano cuenta con un sistema inmune que le permite resolver todos los “insultos o infecciones provenientes de bacterias, virus y hongos”, entre otros patógenos, por lo que es necesario procurar “mantenerlo sano y en buenas condiciones”, recomendó la doctora Leticia Cedillo Barrón, investigadora del Departamento de Biomedicina Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), al participar en el Ciclo: Lunes en la Ciencia, de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Todos los días “estamos en contacto con un sinfín de microorganismos, pero muy pocos nos ocasionan enfermedad”, gracias a una serie de mecanismos de defensa que impide y controla los contagios. Tales amenazas pueden ingresar al cuerpo a través de la piel, las mucosas o por vía oral o respiratoria, así que es impresionante que aun viviendo expuestos a gran cantidad de ellas la salud pueda preservrse, no obstante el serio problema que ahora se enfrenta con el virus SARS CoV-2.

El sistema inmune funciona como una red “altamente organizada, regulada y muy compleja en la que participan tejidos, órganos, factores celulares, quimiocinas y citocinas, cuyo papel fundamental es eliminar todos los agentes infecciosos y las células tumorales, siendo capaz de destruirlos y de combatir cualquier insulto externo –una cortada o un golpe– para mantener el cuerpo en homeóstasis, es decir, en una constancia respecto de la composición y las propiedades del medio interno”.

Una de sus ventajas es que conserva un registro de cada microbio que ha derrotado, mientras que los linfocitos B y T de memoria cumplan su trabajo, lo que significa que el huésped puede reconocerlo y destruirlo de manera mucho más rápida, cuando intenta invadirlo de nueva cuenta.

El proceso conocido como de memoria logra que cuando haya un segundo encuentro con un virus que infectó por primera vez, éste sea recordado y eliminado, evitando la enfermedad.

La especialista destacó que un órgano de defensa que “cubre todo y nos delimita respecto del medio ambiente y de alguna manera controla cualquier agente infeccioso” es la piel, que antes se decía que era sólo una barrera física, pero ahora “sabemos que es parte del sistema inmunológico –en particular de la inmunidad innata– y que en ella tenemos gran número de células en diversas capas bastante bien organizadas”.

Además en ella existen células de la capa suprabasal de la epidermis, donde hay queratinocitos, que son altamente reactivos, participativos y capaces de producir citocinas y diversas moléculas con actividad microbicida, entre ellas péptidos antimicrobianos y defensinas.

También conforman el sistema inmune las amígdalas, los ganglios linfáticos –cervicales, axilares, inguinales– el timo, la médula ósea, el bazo, las placas de Peyer y el apéndice, que se dividen en linfáticos primarios y linfáticos secundarios; los primeros están integrados por la médula ósea, primordial porque ahí se lleva a cabo la producción de células rojas –eritrocitos– y blancas –leucocitos– donde se forman los linfocitos, monocitos, basófilos y neutrófilos.

El otro órgano linfoide primario es el timo: “una vez que se produjeron las células T en la médula ósea se dirigen por circulación y llegan al timo, donde los linfocitos T van a alcanzar un grado de madurez”, explicó.

En los secundarios están los ganglios linfáticos y las placas de Peyer. Cuando alguien se enferma de la garganta lo primero que duele son las amígdalas porque hay un proceso inflamatorio, ya que es ahí donde las células dendríticas avanzan hacia los ganglios linfáticos periféricos para iniciar una respuesta inmune adaptativa.

La doctora Cedillo Barrón subrayó que el buen estado del sistema inmune depende de distintos factores y en estos momentos de pandemia, cuando mucha gente está padeciendo encierro, desempleo y falta de dinero hay mucho estrés y en ese sentido gran cantidad de moléculas provocan que las defensas se vean abatidas.

Todos “estamos en momentos muy complicados, pero es preciso mantener en control nuestro estado anímico y la calma porque la depresión puede producir moléculas capaces de inmunosuprimir”. Además es necesario alimentarse con frutas y verduras, cuyos oligoelementos van a participar en la síntesis de diferentes moléculas que intervienen en la respuesta inmunológica, recalcó surante la charla Qué es y cómo funciona el sistema inmune.