Por: Redacción/

La debilidad institucional y financiera que caracteriza a las economías emergentes podría limitar su respuesta ante la crisis provocada por el Covid-19, por lo que se requiere de acciones coordinadas en conjunto con las economías avanzadas, señala una investigación elaborada por la Dirección General de Finanzas del Instituto Belisario Domínguez (IBD).

El estudio titulado “Implicaciones económicas de la pandemia por COVID-19 y opciones de política”, elaborado por los investigadores José Luis Clavellina Miller y Mario Iván Domínguez Rivas, apunta que, en México, la capacidad para hacer frente a la crisis podría verse deteriorada por el reducido espacio fiscal con el que cuenta actualmente, así como por la menor actividad económica, la caída en los precios del petróleo y la depreciación del tipo de cambio.

Con respecto a la caída en los precios del petróleo, el gobierno contrató coberturas petroleras para cubrir los ingresos petroleros contra reducciones respecto al estimado de 49.0 dólares por barril. Sin embargo, es importante tener presente que no se conoce el porcentaje de las exportaciones que están cubiertas, por lo que es complicado realizar una estimación de este efecto, destaca el estudio.

Tan solo la variación del peso de 18.9 pesos por dólar a finales de 2019 a 23.5 pesos por dólar podría representar un aumento de 733.7 mmp en el saldo de la deuda bruta de 2019, y un aumento de 709.6 mmp del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, lo que implicaría un aumento de 2.8 y 2.7 puntos con respecto al PIB estimado por la SHCP para 2020.

Por otro lado, los investigadores señalan que en países como Estados Unidos y Reino Unido el gobierno está planeando grandes paquetes fiscales para expandir la provisión de servicios de salud, proteger los salarios, proveer seguros de desempleo, retrasar el pago de impuestos, evitar bancarrotas innecesarias, proteger el sistema financiero y ayudar a familias y empresas a salir adelante tras la crisis.

Todo lo anterior requiere de una capacidad de endeudamiento que es menor en las economías desarrollo, las cuales tampoco cuentan con la posibilidad de ser muy laxos en su política monetaria pues corren el riesgo de acelerar su inflación, agrega la investigación.

La crisis económica ocasionada por la pandemia por COVID-19 da cuenta de la necesidad de que, en épocas de crecimiento y elevados precios del petróleo, el país genere el espacio fiscal requerido para atender y mitigar los efectos de distintos choques económicos y de incrementar el ahorro público a través de los distintos fondos de previsión de contingencias, concluye la investigación.

El estudio completo del IBD se puede consultar en la siguiente dirección electrónica: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/handle/123456789/4829