Por: Redacción/ 

En el mundo, se estima que 64 millones de personas padecen la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que está conformada por dos padecimientos: el enfisema pulmonar y la bronquitis crónica.

De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2030 la EPOC será la cuarta causa de muerte en el planeta.

En cuanto a la EPOC y el tabaquismo, “comparten la obstrucción al flujo aéreo; es decir, un problema para poder inhalar y exhalar el aire que respiramos”, afirma el médico neumólogo Gabriel Escobedo Arenas, de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM; la mortalidad atribuible en esta asociación es de aproximadamente 10 mil 484 personas cada año.

“Estas muertes podrían ser prevenibles si estas personas dejaran de fumar”, advierte Guadalupe Ponciano Rodríguez, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la FM.

La especialista dijo que, de acuerdo con datos de la OMS, en 2017 hubo 251 millones de casos en el mundo, y cada año mueren tres millones de personas por este padecimiento.

A propósito del Día Mundial de la EPOC, que se conmemora este 15 de noviembre, Escobedo Arenas detalla que en México fue la novena causa de mortalidad en 2018.

“Pero lo alarmante es que cuando la analizamos por género, en el hombre se conserva en la novena causa de mortalidad, pero en la mujer asciende a la sexta”. Además es irreversible, porque una vez que se detecta el daño ya no hay marcha atrás.

Al abundar en el tema, Escobedo Arenas indica que “cerca del 90 por ciento de las defunciones son en mayores de 65 años de edad, así que dentro de 15 o 20 años va a ser una de las principales causas de mortalidad. Si analizamos la mortalidad por EPOC está casi al mismo nivel que si juntáramos el cáncer de mama y el cervicouterino. La EPOC mata la misma cantidad de mujeres que esos dos cánceres en las mujeres”.

Existen más casos en ellas porque antes no fumaban y hoy trabajan en campos que eran exclusivos de los varones, como la minería y empleos con sustancias tóxicas.

Otro grupo de personas que son afectadas, recuerda, son las mujeres en zonas marginadas quienes cocinan en estufas de leña y encienden fogones para calentarse en zonas frías y pobres.

También son afectados las personas que trabajan con sustancias tóxicas, polvos, quema de carbón y de petróleo, aunque no en las mismas cantidades que sucede con el consumo de tabaco.

Escobedo menciona además a los niños que están expuestos al humo que se genera por la quema de leña al estar junto al fogón. “En ese sentido, la EPOC es una enfermedad de la pobreza, pues también contribuye en las infecciones en la infancia en las vías aéreas superiores, muy frecuentes en niños marginados”, comentó Escobedo.

Tabaquismo, principal factor

Al referirse a los factores de riesgo para desarrollar la EPOC, Guadalupe Ponciano Rodríguez señala al tabaquismo como el principal debido a los diversos productos con los que están fabricados.

“En el humo del tabaco podemos encontrar hasta siete mil sustancias químicas, de las cuales alrededor de 250 son altamente tóxicas para el ser humano, y hay otro grupo de sustancias que pueden provocar cáncer y, dependiendo del tipo de tabaco, contienen entre 60 y 70 diferentes carcinógenos”, precisa.

Con esta mezcla, cuando un fumador inhala a profundidad (o “le da el golpe” al cigarro) estos elementos llegan a las partes más finas del aparato respiratorio, que son los alveolos pulmonares.

Y explica: “Los alveolos pulmonares son fundamentales en nuestro aparato respiratorio porque es donde se lleva a cabo el intercambio gaseoso. Ahí tenemos una gran cantidad de capilares sanguíneos que van a tomar el oxígeno que estamos inhalando cada vez que respiramos, así que necesitamos alveolos en buenas condiciones, elásticos, que funcionen adecuadamente”.

Las sustancias del tabaco –continúa– provocan un estado de inflamación crónica y generan radicales libres de oxígeno, los cuales se unen al material genético de las células y determinan un daño muy importante, incluso la muerte de esas células.

“A nivel de alveolo se va destruyendo el tejido. En el caso de la EPOC hay un incremento del moco que recubre la parte interna del bronquio y esto hace que se obstruya la pared de los bronquios, así que el espacio por donde pasa el aire está muy limitado”, relata Guadalupe Ponciano.

Añade que se da la destrucción del tejido, lo que se llama enfisema pulmonar; éste no se repara, así que el paciente comienza a tener problemas en cuanto a su aporte de oxígeno a los diferentes órganos; como somos seres aerobios, no podemos vivir sin oxígeno.

Otra situación que describe la especialista es que con la EPOC la persona desarrolla disnea; es decir, la falta de aire cuando hace algún tipo de ejercicio.

A pesar de las circunstancias que enfrentan las personas con EPOC, Guadalupe Ponciano enfatiza: “aunque el daño por el tabaquismo es irreversible, las personas mejoran si dejan de fumar y tienen mejores expectativas”.

Diagnóstico

La EPOC puede empezar indistintamente con enfisema pulmonar o con bronquitis crónica. Para hacer el diagnóstico se utilizan datos clínicos como tos, falta de aire y flema.

“El primer síntoma es un acceso de tos fuerte al despertar, donde se expulsa una flema y la persona no vuelve a toser sino hasta el día siguiente. A esto los franceses le llaman ‘lavado bronquial matutino’ y los estadounidenses le dicen ‘tos de fumador’”, expone Gabriel Escobedo.

De ahí la enfermedad avanza a la presencia de flemas y de falta de aire. “Con cualquiera de estas manifestaciones sospechamos de EPOC y hacemos un diagnóstico definitivo con un estudio de espirometría, en que se hace soplar al paciente en un aditamento que está conectado a una computadora y se mide la fuerza con la que el paciente está metiendo y sacando aire”.

El especialista indica que esta prueba se realiza en menos de 30 minutos, porque hay que hacerlo sin medicamento. Y sostiene: “luego le damos un medicamento broncodilatador para ver la respuesta. El estudio dura entre 30 y 40 minutos y nos da el diagnóstico de EPOC”, el cual se completa con una biometría hemática y una radiografía del tórax para descartar otra posibilidad.

“Generalmente se relaciona con otras enfermedades asociadas al tabaquismo, como cáncer de pulmón”. Sin embargo, regularmente se presenta con diabetes, hipertensión, obesidad y apnea del sueño.

Con ideas suicidas

Gabriel Escobedo es enfático cuando comenta la situación que enfrentan los pacientes en etapa avanzada que requieren terapia con oxígeno en su hogar y comienzan a vivir encerrados, así que desarrollan depresión porque no tiene el mismo tipo de vida.

“Están recluidos en casa y conectados al tanque de oxígeno, pues difícilmente el sector salud brinda el oxígeno ambulatorio, que depende de tener recursos. Por ello son pacientes con idea suicida”.

La EPOC es un padecimiento incapacitante y va consumiendo al paciente lentamente. No existe ningún tratamiento que lo cure, hasta el momento, así que se pone una barrera a la enfermedad con los medicamentos y, sobre todo, con la supresión del hábito tabáquico o la exposición a la quema de la leña.

El experto asevera que con los medicamentos se logra que la enfermedad vaya más lenta. “Utilizamos broncodilatadores en forma inhalada. Antes eran medicinas tomadas y tenía efectos cardiovasculares importantes, pero con los inhalados los efectos adversos han disminuido mucho”.

Un aspecto primordial en el tratamiento es suspender el consumo de tabaco, tener una vida más activa, suministrar medicamento para mejorar sus condiciones de vida, “pero sin las dos primeras de nada sirven los medicamentos”.

Escobedo estima que la EPOC es, en buena medida, una enfermedad de pobres con medicamentos de gente rica, aunque el sector salud cuenta con los apropiados para atenderla. Incluso la pueden atender neumólogos, médicos internistas y de primer contacto.

Reflexiona el experto con respecto al padecimiento y dice: “En donde hemos fallado el personal de salud es en la prevención, es una enfermedad prevenible que no debería tener alta mortalidad y tantos gastos porque es cara, lenta y con sobrevida de cinco a 10 años”.

Para Guadalupe Ponciano la mejor forma de afrontar la EPOC y conmemorar el Día Mundial es dejar de fumar, pues aún en casos de tabaquismo crónico hay mejoras en las expectativas del paciente cuando se deja de inhalar humo de tabaco.

“El diagnóstico temprano de la EPOC nos lleva a un tratamiento que permite mejorar mucho la sintomatología y reducir el daño al tejido pulmonar, finaliza.