Por: Redacción/

El número de adultos mayores va en aumento, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo): de los 123.5 millones de mexicanos en 2017, 10 por ciento está en el rango de 60 años o más. Se estima que para el año 2050, 30 por ciento de la población será de adultos mayores.

El coordinador de la maestría en Urbanismo y Territorio, del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), doctor Juan Ángel Demerutis Arenas, explica que la tendencia en el aumento de personas mayores ha motivado el estudio académico del urbanismo gerontológico, una subdisciplina especializada en el contexto del espacio público para estas personas.

“El hecho de que no haya una banqueta que tenga un mismo nivel, una textura o características uniformes y que carezca de agujeros, hace más complicado su desplazamiento. Debemos de tener banquetas con una franja que facilite su movilidad; en ésta deben de considerarse las condiciones de la edad de los mayores de 60 años”, dijo.

En cuanto a infraestructura, el arquitecto Guillermo Sandoval, profesor investigador del CUAAD, señala que las rampas no deberían de exceder el 10 por ciento de pendiente para que los adultos mayores puedan tener accesibilidad y transitar por la ciudad –en caso de hacerlo en silla de ruedas–.

Las banquetas, además, tendrían que ser de un ancho mínimo de 1.50 metros y en una zona residencial medir 3 metros, tomando en cuenta que una persona que transita en silla de ruedas ocupa 90 centímetros de la acera.

Un ejemplo de la falta de infraestructura urbana adecuada es la colonia Independencia, en Guadalajara, en la cual habitan 2 mil 741 adultos mayores distribuidos en 145 manzanas, de las que sólo 20 cuentan con rampas en todas sus vialidades (cada esquina), 63 en alguna vialidad, 51 en ninguna y tres sin especificar, de acuerdo con datos del INEGI.

En el transporte urbano la altura de los escalones debería ser de máximo 15 centímetros; sin embargo, en las unidades que circulan en la Zona Metropolitana de Guadalajara oscilan entre los 20 y los 25 centímetros.

La falta de iluminación, de sensores acústicos en semáforos, barandales y suelo podo táctil en cruceros, agrega Sandoval, constituyen un riesgo para ellos y evidencian falta de disposición política en cuanto a la normativa de inmobiliario urbano específico para la gente mayor y discapacitada.