• El segundo visitador enfatizó que, durante el proceso de cumplimiento de una sentencia, las personas privadas de la libertad deben acceder a actividades educativas, de capacitación laboral, atención a la salud, de deporte y culturales.

Por: Oscar Nogueda/

La Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM)  llamó a no continuar con el estigma de los reclusorios, ya que los centros penitenciarios “reflejan mucho de lo que hay afuera. Adentro, también, hay diversidad de personas y, al igual que afuera, hay vidas y la continuidad de sus proyectos”.

Iván García Gárate, Segundo Visitador General de la  CDHCM, apuntó que “es fundamental que las voces, rostros y experiencias de las personas privadas de su libertad en reclusorios de la Ciudad de México salgan de esas paredes, sean escuchadas y conocidas por la sociedad

Durante su participación en el cine-debate convocado por Cine Club Bravo, sobre los documentales Interno (México, 2010) y Desde adentro (México, 2020), expuso que las personas privadas de la libertad mantienen sus proyectos vidas, aun con sentencias largas. Además, sostuvo que el perfil de las de las personas encargadas del sistema penitenciario se ha profesionalizado, a partir de la Ley Nacional de Ejecución Penal.

“Normalmente se cree, que con los reclusorios se acaba la vida, pero no es así: aún con sentencias muy largas, hay proyectos de vida, y si la sentencia es corta, se busca la manera en que se habrá de enfrentar al mundo cuando así sea, tal como muestran los documentales y por lo cual es importante escuchar estas voces”, expresó García Garate.

A pesar de ello, reprochó el impulso de leyes y propuesta de reforma que aumentan las penas y los delitos que ameritan prisión preventiva, ya que son contrarias a la normatividad en la materia y “encarcela a  personas que no tienen para pagar una mejor defensa”.

“Puede haber mil circunstancias por las cuales se comete un delito, y la sanción debe ser jurídica. El modelo de reinserción social,  busca que la cárcel sea el último recurso, además de que considera que la persona que comete un delito reciba una sanción y que, durante ese proceso desarrolle un plan de actividades que le permitan, a su egreso, tener elementos para reinsertarse socialmente”, puntualizó, García Gárate.

Al mismo tiempo, el segundo visitador enfatizó que, durante el proceso de cumplimiento de una sentencia, las personas privadas de la libertad deben acceder a actividades educativas, de capacitación laboral, atención a la salud, de deporte y culturales.

En ese proceso en que cumple una sentencia, la persona privada de su libertad debe tener acceso a un programa de actividades de educación, capacitación para el trabajo, atención a la salud y el deporte y el ejercicio de sus derechos culturales,

“Esa experiencia significó abrir las puertas de las cárceles hacia la sociedad, que están cerradas para las personas que están adentro, pero no para quienes estamos afuera, que debemos ver lo que ahí está pasando”, desde sus propias voces, rostros y experiencias, como fue la participación de las internas en el libro, que editó la CDHCM. Los documentales y el libro, dijo, son un ejemplo de ese microscopio sobre el sistema y el cual debe dejar de ser estigmatizado”, manifestó García Gárate.