Por: Redacción/

La sociedad mundial “poscoronial”, que vendrá tras la pandemia del coronavirus, requiere un nuevo orden mundial donde impere el equilibrio socioeconómico y se abatan problemas como la catástrofe del cambio climático, la injusta digitalización para unos cuantos, los nacionalismos de algunos países y el capitalismo de vigilancia dirigido desde las redes sociales transnacionales, advirtió el filósofo contemporáneo Markus Gabriel.

Esta emergencia sanitaria nos pone un espejo enfrente y recuerda que estamos ante una catástrofe mucho mayor, que nosotros mismos hemos creado: el cambio climático irreversible, que costará cientos de millones de vidas humanas si no estructuramos nuestra economía “poscoronavirus”, dijo al participar, mediante videoconferencia desde Alemania, en “El Aleph, Festival de Arte y Ciencia. Las Posibilidades de la Vida: COVID-19 y sus Efectos”.

“Quiero designar la situación que ocurre actualmente como la “coronización” del mundo, en que los humanos nos convertimos en el proletariado digital de las empresas digitales estadounidenses”, subrayó.

Markus Gabriel resaltó que nunca antes habíamos producido tantos datos para Google, Facebook, Zoom y otras plataformas digitales, como en estas semanas. “La vida pública no ha desaparecido en absoluto, se ha trasladado por completo a la esfera privada, que se ha convertido en un sistema de autovigilancia, que se conoce eufemísticamente como home office, y cuyo concepto más adecuado sería explotación digital imparable. Ése es el sentido de la ‘coronización’ a la esfera privada”, explicó.

Ahora tenemos menos vida privada, porque buscamos frenéticamente noticias que nos hablen del final de la pandemia. Algoritmos no transparentes, buscadores y redes sociales controlan nuestra atención para que no escapemos de las pantallas. “Existe un monopolio de empresas estadounidenses y chinas y necesitamos urgentemente una digitalización más ética y justa”, remarcó.

Las redes sociales son transnacionales, no están suficientemente vinculadas a los principios de los Estados de derecho democrático. Hemos entregado nuestra vida pública al espacio digital, incluidas reuniones de negocio, seminarios universitarios, clases escolares y videoconferencias de políticos de alto rango.

El filósofo alemán indicó que el orden mundial previo a la emergencia sanitaria no era normal, sino letal. “La cadena infecciosa del capitalismo global destruye nuestra naturaleza y atonta a los ciudadanos de los Estados nacionales para que nos convirtamos en turistas profesionales y en consumidores de bienes.

Cuando pase la pandemia viral necesitaremos una pandemia metafísica, una unión de todos los pueblos viviendo bajo el mismo cielo. “Convirtámonos en verdaderos ciudadanos del mundo, cualquier otra actitud nos exterminará y ningún virólogo nos podrá salvar”, concluyó.