Por: Redacción/

Con historias de sufrimiento y dolor humano de las centroamericanas que viven entre la expulsión y el espejismo de llegar a tierras de oportunidad, Marta W. Torres Falcón e Hiroko Asakura tratan de visibilizar y hacer entender a las autoridades sobre la gravedad de este fenómeno y del feminicidio.

Las coordinadoras del libro Entre dos fuegos. Naturalización e invisibilidad de la violencia de género contra migrantes en territorio destacaron que con este trabajo luchan por sacar a la luz las noticias sobre cuerpos de mujeres asesinadas de manera brutal en distintos lugares de México que no deben ignorarse.

Durante la presentación del texto colectivo –que reúne ocho capítulos de seis investigadores y dos estudiantes– la doctora Torres Falcón, profesora del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), resaltó que la utopía como académicas es que en algún momento estos análisis “sean innecesarios y que los binomios migración-sufrimiento, migración-dolor o migración-vulnerabilidad sean simplemente una cuestión del pasado”.

Las primeras cuatro secciones refieren la relación indisoluble y que, a veces parece inevitable, de la violencia y la migración en tránsito; del campo tanto en el norte como en el sur del país; entrevistas a hombres y mujeres, muchas de ellas viajando solas y otras con niños que deben cruzar no sólo las fronteras geográficas, “cultural y lingüística, pero sobre todo la de género”.

También abordan la “extrema crueldad del crimen”, es decir, como el perpetrado contra ellas que cruza la barrera de lo inimaginable, lo que significa una carga intensa de intimidación sexual durante el traslado y lo que son los feminicidios –en una secuencia delictiva que priva de la libertad a la población femenina y la asesina– como ocurrió en la década de 1990 en Ciudad Juárez.

La segunda parte de la publicación apunta a lo que ha sido, según Martha Lamas, la disputa en el feminismo mexicano, latinoamericano y global: comercio, trabajo y explotación sexual, de acuerdo con la zona geográfica de donde provienen.

La coedición del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y la Casa abierta al tiempo cita también dos investigaciones sobre el comercio sexual y la trata de personas.

Torres Falcón anotó que este último asunto es interesante porque Margarita Núñez documenta de manera precisa cómo las migrantes además de vivir una realidad de explotación son criminalizadas y acusadas de trata de personas cuando en realidad son víctimas de explotación, marginación y exclusión.

Mientras que Torres Falcón narra la distinción en términos legales sobre dónde acaba la prostitución para empezar la trata de personas, en tanto que el último apartado del antropólogo Óscar Misael Hernández cita la experiencia de niños, niñas y adolescentes migrantes en uno de los refugios, a quienes pide que hagan un dibujo de sí mismos y anoten frases de sus experiencias, y algo que “nos atraviesa es el dolor que sienten, porque los investigadores no estamos cubiertos de una coraza y de invulnerabilidad”.

La doctora Asakura, docente del CIESAS, Ciudad de México, explicó que desde 2010 empezó a trabajar con las experiencias emocionales de la maternidad a distancia de mujeres que dejaron a sus hijos en sus lugares de origen para migrar a México o Estados Unidos.

Sin embargo, a lo largo de la investigación se dio cuenta de que sus historias de vida estaban llenas de violencia de distintos tipos y dimensiones, “como que sentí la obligación y responsabilidad de visibilizar y difundir esa gravedad del problema, pues era de un nivel tan alto e intenso que no podía ignorar”.

Como “no tenía herramientas para poder construir el proyecto ni hacer investigación de violencia de género”, esto la llevó a armar junto con la doctora Torres Falcón este proyecto que analiza el fenómeno migratorio centroamericano.

La antropóloga Asakura detalla que luego de la caravana de octubre de 2018 “me di cuenta de que el libro es necesario para comprender la transformación del éxodo centroamericano” de individual a grupal, porque sobre todo “las mujeres y los niños han optado por migrar en forma colectiva”.