Por: Redacción/

En México, el turismo aporta diez por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y genera alrededor de nueve millones de empleos, que se verán en riesgo como consecuencia de la parálisis del ramo por la pandemia del coronavirus COVID-19, advirtió el doctor José Antonio Rosique Cañas, investigador del Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Los procesos de propagación de la enfermedad en China y ahora en Estados Unidos afectan al país, visitado con regularidad por personas de distintos sitios del mundo, pero sobre todo por ciudadanos de la nación vecina, donde vive gran cantidad de mexicanos que acostumbran visitar sus lugares de origen para pasear.

En los últimos años ha habido cierto equilibrio entre la cantidad de dólares que ingresa al territorio y la que se gasta, al contribuir en buena medida las remesas que envían quienes emigraron para trabajar en Estados Unidos, además de las divisas que genera el turismo, por lo ambos sectores llegaron a estar a la par.

En el contexto del avance de los contagios registrado en las últimas semanas, “definitivamente este rubro ha resultado bastante golpeado y aún no hay datos oficiales ni duros sobre los impactos”, no sólo en éste, sino en otros que sostienen la economía, pues todavía no existen estudios que permitan evaluar los daños.

El investigador de la Unidad Xochimilco de la UAM precisó que de esta industria dependen casi nueve millones de asalariados y sus familias, que padecen la caída de las actividades relacionadas, incluidas líneas aéreas, ocupación hotelera y restaurantes.

Las aerolíneas han parado sus diligencias en casi 70 por ciento, lo que representa la casi ausencia de vuelos y paseantes –que ronda los 25 millones al año– y las previsiones son de una recuperación lenta, “porque desde las perspectivas psicológica y sociológica la gente ha cambiado drásticamente su forma de ver el mundo y la vida cotidiana, al grado de no querer salir a comer a los restaurantes”.

Hoteles, bares y sitios de comida redujeron su accionar a niveles de 40 o 50 por ciento, como revela que el hospedaje de la red de hospedaje –habitualmente de 69 por ciento anual, en promedio– a inicios de abril ha caído a 25 por ciento de su capacidad.

El rubro genera al año cerca de 70 mil millones de dólares, pero en la circunstancia actual hay analistas que calculan que este monto será en 2020 de 35 mil millones de dólares, derivado del cierre de negocios, que están en espera de las nuevas reglas que imperarán para volver a abrir.

A partir de los anuncios emitidos el pasado 30 de marzo por el Consejo de Salubridad General, algunos empresarios sopesan solicitar al gobierno federal el no pago de impuestos y la condonación de los correspondientes al seguro social, el Infonavit y los servicios de agua, predial y la luz, por un tiempo.

Las medidas comunicadas por las autoridades de salud son la suspensión de todas las actividades no esenciales del 30 marzo al 30 de abril; la extensión de la Jornada nacional de sana distancia; el exhorto a la población a un resguardo domiciliario voluntario; la interrupción del trabajo de mayores de 60 años, con diagnóstico de hipertensión, diabetes, inmunosupresión, estado de embarazo o diabetes, aunque se encuentren en sector esencial; un resguardo escalonado a las laborales que determinará la Secretaría del trabajo; la cancelación de censos que involucren interacción física y la implementación de estas acciones en pleno respeto a los derechos humanos.

La administración federal debiera establecer algún tipo de acuerdos para que en cuanto la economía se recupere, las grandes empresas –aerolíneas y cadenas hoteleras– no se lleven sus ganancias a otros países, sino que las reinviertan en México, pues “sabemos bien que obtienen muchas divisas cuando el sistema está funcionando en orden”.

Además, sería útil mirar el estilo de desarrollo en ciertos puntos de Europa, donde se auxilia a las familias para que se transformen en empresarias y conviertan pequeñas propiedades en hostales u ofrezcan servicios de renta de autos, bicicletas, entre otros, lo cual es muy común y, si bien las grandes transnacionales son más visibles, muchos grupos constituyen compañías que con apoyo oficial brindan opciones económicas que también atraen a los visitantes.

El doctor Rosique Cañas consideró que la recuperación nacional dependerá de cómo evolucione la propagación de la enfermedad en números de contagios y de muertes, lo que significa un factor fundamental “porque ahí empezó el problema y ahí deberá terminar”, como pasa en China, donde se están recomponiendo las bolsas y enviando señales de que es posible salir adelante.

Otro elemento es lo que suceda en Estados Unidos, de donde provienen muchos de los viajeros, empezando “por los paisanos”, por lo que es de esperarse que “entre junio y julio regresaremos a las escuelas, los restaurantes y los centros de diversión, aunque vamos a hacerlo en diferentes condiciones, porque tendremos que incorporar a nuestras vidas esta nueva cultura de sanidad”.