Por Vicente Flores

El gobernador del estado de Michoacán, Silvano Aureoles, destacó en una entrevista radiofónica que si bien, se han reducido los delitos de alto impacto siendo el sexto estado más seguro del país, aún se mantiene la presencia de células delictivas en la entidad.

Esta declaración, surge después de que fuera identificado Raúl Alejandro Ledezma, detenido mientras circulaba en una patrulla clonada, como integrante del cártel de Los Caballeros Templarios.

Junto con Ledezma, fueron detenidos sus escoltas personales Félix Alejandro M. y Roberto Guatemani L.

Sus hermanos, Feliciano, “Chano” y Rubén, son investigados por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michocacan,  del mismo modo que Raúl Alejandro, ya que están presuntamente implicados en la decapitación de dos personas en noviembre de 2014.

El 24 de noviembre, sobre la carretera que une a los municipios de Uruapan con Paracho, fueron abandonadas las cabezas de ambas personas con una cartulina firmada por un grupo delictivo llamado “Guardia Michoacana”, que se adjudicó el doble crimen y amenazó con acabar con todos los miembros de las llamadas autodefensas, que estaban a punto de ser declaradas extintas por el entonces comisionado para la seguridad, Alfredo Castillo Cervantes. Gerardo Serafín era llamado el “G1” y su hermano Pedro el “G2”.

Los cuerpos de las víctimas nunca fueron localizados, pero, se habla de que Raúl Ledezma podría haber estado presente y participado en el asesinato de ambas personas.

La autoridad judicial identificó a “La Guardia Michoacana” como una célula delictiva formada cuando el cártel de Los Caballeros Templarios que estaba en pleno debacle y muchos de sus integrantes decidieron formar sus propios grupos o bien pactar y adherirse a un capo mayor de la región calentana,  llamado Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias “El Migueladas”, del que poco se habla pero que todos conocen en la Tierra Caliente de Michoacán.

La tarde del pasado lunes. efectivos del ejército mexicano detuvieron a Raúl Ledezma y a sus escoltas, después de que fueran alertados por un error ortográfico en la patrulla clonada en la que circulaban.