***Datos del Inegi señalan que prácticamente dos millones y medio de personas se dedican al ambulantaje en el país

Por: Mugs Redacción

Al participar en la inauguración del Segundo Foro de Comercio Social “De la informalidad en vía pública a ejercer un comercio digno”, el diputado Víctor Hugo Romo, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), expresó que en el marco de la creación de la nueva Constitución de la Ciudad de México, debe abordarse una ley para reglamentar el comercio informal.  Declaró que se debe encontrar un equilibrio entre el rescate del espacio público y el derecho a mantener una actividad económica de subsistencia popular.

El legislador capitalino comentó que con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), prácticamente dos millones y medio de personas se dedican al ambulantaje en el país, de las cuales 60 por ciento se congrega en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Quienes tienen esa actividad, representa casi 15 por ciento de los que tienen una ocupación no estructurada o no regularizada que sigue creciendo.

“Nos estamos encontrando con una bola que crece, crece y crece y ni las autoridades, ni los legisladores, -si lo reconocemos también, porque en esto hay que partir reconociendo, si no se puede hacer juicio correcto-, no se ha atendido el tema”, señaló.

De acuerdo con el asambleísta José Alfonso Suárez Real, de Morena, la actual administración capitalina va adquiriendo una visión extraña y extranjerizante, con un Centro Histórico para el turismo y sin comercio en vía pública.

“Se criminalizó la actividad comercial en la vía pública, en el Centro Histórico, so pretexto que el centro debe ser escenario para el turismo extranjero y para un turismo que poco o nada nos ha dejado”, aseveró.

En opinión del legislador local, se está criminalizando la actividad del comercio en vía pública, imponiéndose la creación de plazas que poco o nada han ofrecido resultado.

En tanto que los mercados públicos sufren una constante presión de los centros comerciales, poniéndose en riesgo el consumo popular.

Por ello, dijo, “vamos a favor de un comercio digno, un comercio ordenado, un comercio que recupere el espíritu que tuvo entre los pueblos mesoamericanos como una parte fundamental de la vida, no solamente social, sino también cultural”.

Suárez Real consideró que no se puede seguir criminalizando al ambulantaje, sino que deben construirse reglas claras, puntuales, precisas y completas que permitan en la gobernanza equilibrar los principios y legítimos derechos que tienen la población residente y la población que ejerce un comercio tradicional.