• Un ejemplo emblemático lo es Ángela Merkel, canciller de Alemania, que ha figurado en primera línea desde el 2005 y se ha mantenido en el ranking mundial de Forbes como la más poderosa o en los primeros sitios a nivel mundial.

Por: María Manuela de la Rosa A./

Si bien a lo largo de la historia de la humanidad la mujer ha tenido un papel destacado de facto, formalmente ha sido muy limitado, puesto que tardó muchos siglos en lograr la igualdad de derechos junto con el hombre, tal es así que hasta el siglo XX adquirió el derecho del sufragio y a partir de ahí podemos ver la creciente participación de la mujer en la vida pública, ya sea en el medio empresarial, en los medios de comunicación o en la cultura y la ciencia, aunque e éstas dos últimas actividades si tenemos destacados ejemplos de su intervención.

Ahora, en el siglo XXI será cada vez más común que mujeres incursionen en puestos de toma de decisiones, sobre todo en la política, en donde ya tenemos claros ejemplos de su participación en el concierto mundial. Y un ejemplo emblemático lo es Ángela Merkel, canciller de Alemania, que ha figurado en primera línea desde el 2005 y se ha mantenido en el ranking mundial de Forbes como la más poderosa o en los primeros sitios a nivel mundial. Y no es para menos, puesto que su influencia en la Comunidad Europea y en el mundo es crucial: controla directamente el producto interno bruto de Alemania, que asciende a 4,626 billones de dólares, ocupando el quinto lugar a nivel mundial en poder económico, con una gran influencia política que incide en la geo-estrategia.

Otro ejemplo del ascenso al poder en primera línea es Kamala Harris, que pronto será la primera mujer que ocupe la vicepresidencia de los Estados Unidos de América, y será referente de la política internacional, sobre todo porque se vislumbra que en la administración de Joe Biden, las relaciones internacionales tendrán un nuevo auge, para retomar el liderazgo que con Trump fue soslayado, ya que se concentró más en la política interna. Y no sin razón, puesto que su proyecto ha sido el fortalecer la economía del país.

Otra mujer con gran poder es Nancy Pelosi, que acaba de ser nombrada nuevamente la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, posición de gran relevancia en la toma de decisiones y sobre todo en donde se marcará la pauta de las políticas públicas, desde los problemas de migración hasta el manejo del presupuesto federal. Y es muy posible que con ella se fortalezca la influencia del Partido Demócrata, aunque pertenece al ala más conservadora del partido, pero esto de alguna manera genera mayor certidumbre ante los cambios que posiblemente realice el virtual presidente, sobre todo en lo que se refiere a sus intereses hegemónicos.

La economía es un área en donde las mujeres han logrado posicionarse .El Fondo Monetario Internacional también está dirigido por una mujer, Kristalina Georgieva, Directora gerente del FMI, quien es una destacada economista originaria de Bulgaria, cuya influencia, sobra decirlo, es de la mayor importancia, ya que maneja no sólo el mayor capital del mundo, sino que tiene el control de la deuda de todos los países y sus decisiones son cruciales.

También está Cristine Madeleine Odette Lagarde, Presidenta del Banco Europeo, que maneja las finanzas de la comunidad de naciones más poderosa del mundo.

Al parecer las grandes potencias han encontrado cualidades en la capacidad de administración de las mujeres, puesto que el Banco Central de Rusia también está dirigido por una: Elvira Nabiullina, que cuida las finanzas del país más grande del mundo, con el segundo ejército más poderoso, después de los Estados Unidos. Y es una funcionaria que goza de toda la confianza del presiente Vladimir Putin, gracias a la capacidad que ha demostrado, primero como Ministra de Desarrollo Económico y Comercio, luego como Asesora Económica de la Presidencia, por lo que, gracias a su buen desempeño, logró llegar al Banco Central Ruso.

Asimismo se encuentra Nirmala Sitharaman, Ministra de Finanzas de la India, séptimo país más grande del mundo, segundo más poblado y tercer país con el producto interno bruto más alto del planeta, que tiene el 4º ejército más poderoso, con casi un millón y medio de efectivos. Y llama la atención que una mujer esté en esa posición de primer orden, considerando la cultura ancestral en donde la mujer ha sido relegada a las labores domésticas y su destino ha sido marcado por matrimonios arreglados, sólo bajo la condicionante de una dote, situación que seguramente va a cambiar. Y hay que seguir de cerca de este país, que en pocos años ha logrado crecer como pocos, ya que de la pobreza extrema en que se encontraba, ha podido crecer de una manera sorprendente, por lo que no es de extrañar que en pocos años su participación en la política internacional será decisiva.

Y aunque formalmente no ostenta ningún cargo político, Peng Liyuan, es la esposa de Xi Jinping, presidente de China y primera dama de ese país, que es la primera economía del planeta, con la mayor cantidad de población, el tercer país más grande del mundo y la tercera potencia militar. Así que s obvio el nivel de influencia que tiene a nivel global.

Y en el poder político están: Erna Solberg, primera ministra de Noruega; Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca; Jacinta Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, quien gracias al buen manejo de la crisis de la pandemia, sólo ha habido 25 muertes por covid-19; Bidhya Devi Bhandari, presidenta de Nepal (antes fue ministra de defensa, al mando de 140,000 soldados); Sheikh Hasina Wajed, primera ministra de Bangladesh, 8º país más poblado del mundo con un importante ingreso per cápita que ocupa el vigésimo noveno lugar del mundo; Sanna Marin, primera ministra de Finlandia; Zuzana Caputova, presidenta de Eslovaquia; Ingrida  Šimonytė, primera ministra de Lituania; Tsai Ing-wen, presidenta de Taiwán, dependiente de China y un referente para la economía mundial; Beata Szydło, primera ministra de Polonia.

Yuriko Koike, primera mujer gobernadora de Tokio, ciudad principal, de Japón, centro de la economía, cultura y política del país que se considera la tercera economía del mundo; Sahle-Work Zewde, presidenta de Etiopía, por lo que se observa que en Africa también la mujer cobrará mayor relevancia, como también en Liberia, donde hay una vicepresidenta, Jewel Taylor. También está Nicola Sturgeon, Ministra principal de Escocia, dependiente del reino Unido.

Y aunque no son mujeres consideradas dentro de la política, si lo son de gran poder, ya que reinan en sus países, en donde no sólo tienen una influencia decisiva, sino que son referentes mundiales. Y me refiero a mujeres de países desarrollados que conservan sus monarquías. Cabezas coronadas como:

La Reina Isabel II de Inglaterra, con 94 años de edad y 67 años de haber ascendido al trono. Es reina de 54 países, muchos de los cuales son independientes, sin embargo la reconocen como su reina. Así que su posición es de la mayor relevancia incluso en el mundo. Y sin que gobierne, sus decisiones son de gran repercusión. Y si bien no ha sido nombrada por sus méritos, sino de manera hereditaria, ha mostrado su talante a través de su largo e histórico reinado, en el que ha visto pasar a decenas de gobiernos, manteniendo incólume la monarquía.

Otra monarca es la reina Margarita II de Dinamarca, con 80 años de edad y 48 años como reina. Y a la fecha no se tiene prevista su abdicación, así que es posible que siga el mismo camino de la Reina Isabel II. Y cabe señalar que no obstante que no es un país muy grande y apenas sobrepasa los 5 millones de habitantes, es la 8ª economía mundial.

Y si bien son reinas consortes, su influencia es destacada, sobre todo la de la reina Máxima de Holanda, el 17 país mas rico del mundo, ya que no sólo es una reina muy querida y respetada por su pueblo, aunque es argentina de nacimiento, ha realizado una muy importante labor para ayudar a mujeres de escasos recursos a formar una microempresa, ya que ella es una destacada economista con experiencia en finanzas, conocimientos que ha aprovechado en beneficio de mujeres de varios países del mundo, sobre todo en Africa, la India e incluso México. Es asesora del Secretario General de las Naciones Unidas en materia de finanzas, dirigidas a impulsar los esfuerzos multilaterales para erradicar la pobreza, fomentar la educación y realizar acciones contra el cambio climático y fomentar la inclusión. Así que no sólo es reconocida como la reina mas carismática y elegante, sino que desempeña un papel relevante en el desarrollo.

Asimismo la reina Rania de Jordania, consorte del rey Abdalá II, ha trabajado incansablemente por la igualdad de la mujer y por apoyar su desarrollo profesional, en su país y en todo el mundo, trabajo doblemente complicado, tratándose de un país musulmán, en donde la mujer tiene un papel secundario y muy dependiente.

En España está la reina Letizia, esposa del Rey Felipe VI, que reina en el 15º país más rico del mundo, aunque actualmente se encuentra en medio de una gran crisis política, económica y debido a la pandemia, que el gobierno socialista no ha manejado adecuadamente, enfocándose en sus luchas de poder. La reina Letizia tiene gran influencia, aunque no necesariamente se ha enfocado a favor de su pueblo.

Pero no sólo en la política hay mujeres poderosas, puesto que hay mujeres que manejan las mayores fortunas del mundo e indudablemente cuentan con un gran poder, muchas de las cuales también lo utilizan en labores de filantropía, como Melinda Gates; Laurene Powel Jobs, viuda del fallecido Steve Jobs, cofundador de Apple, MacKensie Scott, multimillonaria estadounidense; o Solina Chau, de Hong Kong.

En América. También tenemos el ejemplo de Michelle Bachelet, militante de izquierda, hija de un destacado general seguidor de Salvador Allende. Fue presidenta de Chile y ahora es la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En México que es el 15º país más rico del mundo, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente de la República, es una mujer de gran poder e influencia mediática; también está Irene Espinosa, subgobernadora del Banco de México; Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, una de las ciudades más grandes del mundo; Olga Sánchez Cordero, primera Secretaria de Gobernación en la historia de México; Rosa Icela Rodríguez, recientemente nombrada Secretaria de Seguridad, puesto de la más alta relevancia y mayor responsabilidad del gobierno mexicano; Rocío Nahle, secretaria de Energía; Ima Eréndida Sandoval, Secretaria de la Función Pública; Luisa María Alcalde, Secretaria del Trabajo; las senadoras Beatriz Paredes Rangel, Claudia Ruiz Massieu, Ifigenia Martínez, Jesusa Rodríguez, Xóchitl Gálvez, Lilly Téllez, Josefina Vázquez Mota y Patricia Mercado; las diputadas Dulce María Sauri, Dolores Padierna Luna, las entre otras mujeres que ocupan cargos importantes en la política mexicana.

Y tal vez no se mencionan más porque sería interminable la lista, pero también porque así como en México, en muchas partes del mundo el criterio relevante es el sistema de cuotas en donde no se nombra a mujeres por su calidad y capacidad profesional, sino por motivos meramente de intereses políticos o para contar con personas incondicionales al servicio de intereses particulares o de grupo, habiendo muchas mujeres muy valiosas que pueden aportar sus conocimientos y experiencia en los ámbitos de su especialidad. Mientras, poco a poco, mujeres van ocupando importantes posiciones por mérito propio.