• El Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, dijo que la democracia es una tarea de toda la sociedad y no trabajar en conjunto dificultará remontar los déficits democráticos que hoy prevalecen en México.

Por: Redacción/

El ejercicio de derechos y libertades y el compromiso con los valores de la democracia en México retrocedieron en 2020, respecto a la medición de 2019 y se ubican ahora “a una buena distancia” del mejor valor que se había logrado en 2018, revelan los Resultados del Índice de Desarrollo Democrático 2020.

El estudio realizado cada año por la Fundación Konrad-Adenauer México, la consultora PoliLat, el Instituto Nacional Electoral (INE), la Confederación USEM y el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPOS) analiza las fortalezas y debilidades en el desarrollo de la democracia mexicana, donde todas las dimensiones evaluadas presentan promedios menores en comparación con el año anterior.

Durante la presentación en línea del estudio, el Director Ejecutivo de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, Roberto Heycher Cardiel Soto dijo que la democracia no es una tarea exclusiva de los gobiernos, los ciudadanos, la sociedad civil organizada o del empresariado, sino de toda la sociedad y no trabajar en conjunto dificultará remontar los déficits democráticos que hoy prevalecen en México.

No obstante, enfatizó, el retroceso de las democracias es un fenómeno global, porque hay un mayor número de países con déficit que con crecimiento democrático, y esto, consideró, es derivado de la debilidad de la cultura cívica y política democráticas.

El índice evalúa el comportamiento de la democracia

En su intervención, el director regional de la Fundación Konrad-Adenauer, Hans Blomeier explicó que el Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Mex) evalúa desde hace 10 años el comportamiento de la democracia y su desarrollo en cada uno de los 32 estados del país, como una forma de contribuir para que los tomadores de decisiones puedan analizar en profundidad el estado de la democracia mexicana, como punto de partida hacia un camino de mejoras que sean verificables en el tiempo por medio de indicadores objetivos.

Señaló que la democracia, como bien social, depende de la capacidad de construcción democrática de la sociedad “es un proceso permanente” que contempla una buena dirección gubernamental, pero también incluye a los ciudadanos como parte fundamental de la misma, por lo que confió que el Índice de Desarrollo Democrático contribuya a la instrumentación de políticas públicas en cada entidad y al mejoramiento constante de la misma.

Los niveles de desarrollo se polarizan

Enseguida, el director de la Consultora PoliLat, Jorge Arias presentó los resultados del estudio que expone que México experimenta una evolución democrática que está polarizando los niveles del desarrollo democrático, ya que mientras se duplica el número de entidades de alto desarrollo, también se duplican aquellas que tienen el menor avance. Esta polarización debería llamar la atención de autoridades y gobernantes para evitar que las brechas se sigan ensanchando.

El IDD-Mex 2020, dijo, evidencia que, pese a los cambios, actuales y potenciales en la agenda nacional, los problemas estructurales de pobreza, exclusión, violencia y debilidad institucional persisten sin demasiados cambios en la mayoría de los estados de México.

El Informe 2020 marca un retroceso en el ejercicio de los derechos y libertades democráticas, tras analizar la dimensión “Democracia de los Ciudadanos” se registró un descenso de cuatro por ciento en el periodo del estudio, con lo que por dos años consecutivos se ha deteriorado este indicador.

Sin embargo, la tendencia a la baja se refleja también en las dimensiones: “Democracia de las Instituciones”, “Democracia Social y Humana” y “Democracia Económica”.

La Consejera del Instituto Electoral de la Ciudad de México, Carolina del Ángel aseveró que México no podrá avanzar en el fortalecimiento de la democracia, si todas las instituciones públicas “no están el mismo canal, si no cambian programas educativos, si no se entiende que la crianza positiva no sólo es en casa sino también en las escuelas, si no se entiende que la democracia debe permear, no sólo como este concepto de elección, sino como una forma de vida”.