• La clave está en crear un modelo híbrido en el que la actividad creativa, investigativa y reflexiva del alumno sea lo más importante dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Por: Redacción/

La pandemia de COVID-19 fue un remolino que aceleró los tiempos de las instituciones de educación superior para transitar del modelo presencial al absolutamente virtual y que produjo un cambio que habría tomado lustros e incluso décadas, aseguró el doctor Luis Reygadas Robles Gil, investigador del Departamento de Antropología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al participar en el 1er Coloquio de Educación Virtual de la UAM 2021 Los efectos de la pandemia en la docencia de la UAM-I y los retos ante el regreso a la nueva normalidad, afirmó que incluso muchos centros de estudio a nivel mundial han adoptado los modelos mixtos de enseñanza, “por lo que regresar a las viejas prácticas dejaría a nuestra institución en riesgo de quedar rebasada”.

La clave está en crear un modelo híbrido en el que la actividad creativa, investigativa y reflexiva del alumno sea lo más importante dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que además permitiría elegir clases virtuales o presenciales, por lo que el reto será abrir el mayor número de Unidades de Enseñanza Aprendizaje para ambos sistemas, refirió en la Mesa de discusión Efectos y consecuencias de la educación a distancia en la UAM-I (voces múltiples) ¿Qué impacto se espera con el nuevo modelo de la UAM-I? La educación a distancia ¿es una solución a futuro?

Sin embargo, no basta sólo con tomar clases a distancia, pues resulta vital la convivencia entre estudiantes, colegas e investigadores, así como la relación con laboratorios, bibliotecas, actividades culturales y deportivas y demás formas de esparcimiento, que constituyen un eje fundamental en la formación integral de cualquier profesional, apuntó.

El doctor Reygadas Robles Gil instó a los trabajadores y a las autoridades competentes a ser flexibles y repensar el modelo de comportamiento frente a la situación actual, pues quizá se necesiten menos empleados presenciales y más para desempeñar funciones desde lo técnico y soportar el modelo virtual, por ello será preciso un programa de reconversión para académicos y administrativos con el fin de mantenerse a la vanguardia educativa.

La doctora María José Arroyo Paniagua, investigadora del Departamento de Matemáticas de la Unidad Iztapalapa, sostuvo que “nuestros alumnos pasan gran parte de su día en la Unidad porque tiene espacios propicios para estudiar y porque muchas veces en sus casas carecen de lugares idóneos, en este sentido la vida universitaria tiene un plus que no puede eliminarse del modelo de enseñanza.

Para lograrlo también se requiere de un fuerte liderazgo y dirección por parte del Consejo Académico, de los Consejos Divisionales y de los Órganos personales que hagan posible la interacción y la colaboración de las tres divisiones en donde se vinculen la docencia, la investigación y se promueva la interdisciplina, refirió.

Sin embargo, aún hay profesores que no están dispuesto a moverse de sus casas para regresar a las aulas, cuando la Universidad requiere de personas dispuestas a poner a los alumnos como centro de las prioridades.

El doctor Luis Enrique Gómez Quiroz, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud de la Unidad Iztapalapa, señaló que todos los programas de los posgrados de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud (CBS) son experimentales, en particular en doctorado, y para llevar a cabo investigaciones en beneficio de la sociedad se requiere de laboratorios de experimentación muy desarrollados, lo cual no puede ser implementado a distancia ni tampoco de manera virtual, ya que se requiere de seres vivos cuyos cuidados no pueden tenerse en forma remota.

Pese a la necesidad de mantener clases presenciales, aplaudió el crecimiento de plataformas como VirtUAMI o la biblioteca digital que crecieron de manera considerable e incluso lograron adaptaciones para ciertos proyectos estudiantiles que permitieron una mayor colaboración y análisis vía informático.

Con ello se demuestra que una de las principales fortalezas es la calidad investigativa, gracias a los núcleos académicos altamente habilitados que se han adaptado de manera rápida a las nuevas herramientas de docencia y comunicación. “Al menos eso ha ocurrido en CBS, pero aun cuando el modelo ha sido un éxito, tarde o temprano se ha vuelto imperante regresar a los laboratorios”, puntualizó Gómez Quiroz.