Por: Redacción/

El lenguaje constituye un instrumento muy poderoso que determina el poder económico, intelectual y cultural al que las personas pueden acceder, ya que quien no hable de manera adecuada está en riesgo “de quedar excluido del espacio social que habite”, sostuvo la doctora Máiréad Moriarty en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al revisar el lenguaje visual cotidiano utilizado en áreas públicas puede constatarse que “muchas veces se asume que se trata de una herramienta neutral, aunque desde la colocación de señalizaciones o anuncios son establecidas ideologías oficiales desde las esferas de poder que influyen directamente en hablantes y escuchas de una comunidad”, expuso la académica de la Universidad de Limerick, de la República de Irlanda.

Al impartir la conferencia Una Ciudad, muchas voces. Midiendo lo visual y el multilingüismo auditivo de un área urbana, se refirió a una investigación realizada con sus estudiantes en Limerick, caracterizada por la multiculturalidad, un fenómeno que comenzó hace una década por la presencia masiva de migrantes y refugiados.

Invitada por la División de Ciencias Sociales y Humanidades a través del grupo de investigación Sociología de la Cultura de la Unidad Azcapotzalco de esta casa de estudios, la investigadora comentó que decidió retomar el concepto de panorama lingüístico, creado por autores canadienses que deseaban comprender las relaciones y usos específicos entre los idiomas inglés y francés en el territorio irlandés.

Ese enfoque es ideal para indagar en el uso de la lengua y la sociedad, ya que avala un análisis cualitativo y no sólo cuantitativo, por lo que “saber el número de hablantes de una localidad no es suficiente, como sucede en mi país, donde las estadísticas oficiales no toman en cuenta a aquellas personas que no saben hablar o escribir el idioma oficial”.

Una recopilación de anuncios oficiales, comerciales y grafiti permitió a la especialista identificar símbolos que se expresaban a nivel semiótico y que estaban siendo significados por la gente en un sentido mucho más profundo, “por ejemplo, nos percatamos de que la publicidad y los mensajes en las calles o de información de interés público eran emitidos en inglés e irlandés”.

No obstante, en el grafiti fueron detectados hasta 14 idiomas catalogados como marginales, entre ellos, español, turco, árabe, tailandés y dánes, y “vimos que el panorama lingüístico es en realidad mucho más amplio y abarca a personas que no habían encontrado un espacio para expresarse, por lo que comenzaron a usar las paredes de las calles de una manera creativa.

“Nos sorprendió la práctica del arte callejero como un mensaje espontáneo elaborado en la forma de comentario social, de apoyo y de textos transgresores o poéticos en los que se utilizaba el irlandés, lo cual nos pareció de central importancia, ya que revela el futuro de esa lengua entre los más jóvenes, encontrando un propósito para comunicarse en ella”.

En su disertación en la Sala de Consejo Divisional de Ciencias Sociales y Humanidades de esa sede de la UAM explicó que de esta manera “comprobamos cómo las fuerzas políticas han moldeado históricamente las sociales mediante el lenguaje, pero al mismo tiempo nos dejó ver cómo la construcción de los espacios públicos se ha dado en forma activa por la propia gente, con el fin de ser más cohesionada y de hallar una identidad propia.

Para Irlanda el multilingüismo es un fenómeno nuevo, debido a que ha persistido el racismo y debiera encontrarse una forma en la que la expresión visual en las plazas sea menos dañina para los grupos desfavorecidos, lo que ha sido una de las consecuencias de la globalización y para entrar a una era nueva se requiere un abordaje adecuado que vaya de lo local a lo global”, concluyó.

El licenciado Gilberto Mendoza Martínez, secretario académico de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, quien acudió en representación del director divisional, el maestro Miguel Pérez López, celebró que los docentes “propicien el intercambio cultural y académico, ya que esto permite el fortalecimiento de líneas de investigación, apoyando la creación de relaciones internacionales nuevas y el afianzamiento de convenios importantes, como en esta ocasión entre esta casa de estudios y la Universidad de Limerick”.