Por: Redacción/

Aunque en México la violencia ha estado presente siempre por el carácter machista de la sociedad, el contexto del confinamiento por la pandemia del COVID-19 aumentó la vulnerabilidad de las mujeres que viven en hogares carentes de elementos mínimos de bienestar y con ello los ataques de los que suelen ser víctimas, aseguró la doctora Iris Rocío Santillán Ramírez, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

No obstante la situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que su administración no ha advertido incrementos en los niveles de las agresiones contra ese sector, de acuerdo con la forma de medirlos, que consiste en la presentación de denuncias, aunque reconoce que puede haber cifra negra.

El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó un crecimiento en marzo pasado de las imputaciones telefónicas por acoso sexual, a raíz de las protestas masivas por el Día Internacional de la Mujer, además de que muchas de las víctimas no se reconocen como tales, “porque están acostumbradas al maltrato y, durante la reclusión obligatoria, han tenido que convivir las 24 horas con su agresor”, aseveró la investigadora del Departamento de Derecho de la Unidad Azcapotzalco.

En este tema, la UAM tiene una función relevante para motivar la reflexión en torno “a nuestro comportamiento hacia las personas que nos rodean tanto en los ámbitos laboral, educativo y domiciliario, cuestionándonos si reproducimos la violencia que hemos sufrido en razón de nuestro género”.

El gran problema de la sociedad es la enorme desigualdad entre hombres y mujeres en lo relacionado con derechos, oportunidades, reconocimiento y respeto, por lo que “sólo en la medida en que hagamos analizar a los jóvenes podrá revertirse la situación, pues está comprobado que en países –Noruega, Finlandia, entre otros– donde la brecha es menor, los índices de agresiones también se reducen”.

En el entorno actual es primordial realizar investigaciones sobre cómo se están organizando las familias, ya que si no hay una variable que transforme los roles tradicionales en el hogar, difícilmente se darán los cambios y para esto resultan fundamentales los estudios de género y los cursos sobre el tema que se deben impartir desde la primaria hasta la educación superior.

La UAM está trabajando en la defensa de las mujeres con la implementación de políticas para transversalizar la perspectiva de género y los derechos humanos en la vida universitaria, pero “es indispensable una modificación al marco legal, pues la Institución se fundó cuando esas garantías no estaban reconocidas constitucionalmente y a lo largo de los años se ha desarrollado una transformación en la materia en nuestra casa de estudios”, finalizó.