Por: Redacción/

Frente a la crisis de salud causada por el coronavirus COVID-19, el Estado mexicano aplica –de manera lamentable– elementos de la filosofía utilitarista y ha hecho a un lado la humanística, como se advierte en la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica emitida por el Consejo de Salubridad General, señaló el maestro Gabriel Vargas Lozano, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En el citado documento –denominado ahora Proyecto Guía de Triaje para la Asignación de Recursos de Medicina Crítica– “se dicen cosas muy duras, como que ante la escasez de equipo, si dos pacientes en igualdad de circunstancias requirieran de un ventilador, los médicos decidirían con ‘un volado’, esto es, que dejarían que el azar determine quién vive o muere”.

El segundo punto polémico es que si dos enfermos necesitaran de ventilación mecánica, el aparato sería asignado con prioridad a aquel cuya recuperación pudiera ser más breve, con el fin de que otra persona vuelva a usar el dispositivo.

Un tercer aspecto se refiere a los criterios para asignar esos equipos según la edad de los infectados graves, dando preferencia a los jóvenes sobre los ancianos con padecimientos preexistentes, “ya que los de mayor edad han vivido lo suficiente y por lo tanto son los que perderían la vida”, explicó el profesor del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa.

Ante la falta de previsión del gobierno federal para cubrir las necesidades médicas es preciso aplicar una concepción filosófica humanística y crítica que considere otros factores, toda vez que se está enfrentando un problema de índole ética, bioética y jurídica en el que debe imperar el respeto, tanto a las garantías individuales como a la dignidad de las personas.

Sin embargo, “se está aplicando una perspectiva en la que las personas de la tercera edad simplemente se tienen que despedir de este mundo y los médicos se convierten en una especie de tribunal que dirá quién morirá y quién no”.

El doctor Vargas Lozano expuso que este tipo de dilemas éticos tiene su origen en la filosofía utilitarista desarrollada por Jeremy Bentham, quien da mayor peso a los aspectos cuantitativos, por lo que es imperativo abordar de manera razonada las medidas que se están aplicando, no sólo en México sino en gran parte de los países, y las cuales representan “un ejemplo dramático de que la disciplina es fundamental para los seres humanos”.

En México “se ha desarrollado una concepción neoliberal en la que los recursos para la educación y la salud han pasado a manos privadas, lo que agravó la gran desigualdad social” y, si bien antes de que llegara la pandemia atravesaba problemas de inseguridad por la violencia, “ahora viene una terrible dificultad económica”.

En este contexto, “la filosofía nos permite –desde la ética– reflexionar en profundidad sobre la sociedad y seguramente después de la epidemia se tendrán que hacer reformas profundas en los ámbitos nacional e internacional a través del fortalecimiento de una concepción humanista y equitativa”, ya que en la actualidad las comunidades son deshumanizadas, egoístas e individualistas.

Desde el encierro en casa “debemos hacer un análisis sobre el sentido de la existencia y sobre cómo aprovechar mejor nuestra vida pues, como ocurre en situaciones de guerra, hemos estado frente a la muerte y la filosofía nos permitirá recapacitar” sobre este aspecto.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha hablado de la idea de transitar hacia una cuarta transformación del país, pero no ha profundizado sobre las características que debe tener ese proceso.

El investigador de la UAM cuestionó que la disciplina no cuente con el espacio para expresarse, pues en los medios de comunicación sólo se habla de la lucha y el golpeteo de los que están en favor o en contra de las decisiones oficiales, aun cuando hace falta una deliberación de fondo que trascienda los temas superficiales.

La educación –un sector que ha estado en crisis– resulta fundamental para salir de esta situación problemática, pero también es necesario establecer una metodología en la impartición de la filosofía a los niños, con el propósito de promover el razonamiento respecto del amor, la violencia, la relación con los padres, la vida y la muerte, entre otros temas, con el objetivo de forjar una generación de mejores personas.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la filosofía bien enseñada implica despertar la conciencia crítica para ser mejores ciudadanos, “por lo que en México debemos modificar la enseñanza de la ética y reflexionar sobre la violencia, la discriminación, el vínculo entre hombres y mujeres”, además de revisar la moral vigente, concluyó el académico.