Por: Redacción/

Ante la pandemia del COVID-19 es primordial reforzar el sistema inmunológico y aportar vitaminas y minerales al organismo, con una dieta que incluya todos los grupos de alimentos, en particular frutas y verduras, recomendó la licenciada Itzel Hernández Ramírez, especialista del Programa de Nutrición de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Con la finalidad de ofrecer consejos para un régimen adecuado en este periodo de confinamiento, dicho espacio de la Coordinación de Servicios Integrados para el Bienestar (Cosib) brinda consultas gratuitas en línea al público y a la comunidad de la Casa abierta al tiempo, que deben ser solicitadas a la cuenta electrónica apio@xanum.uam.mx para recibir un cuestionario sobre rutinas alimenticias de los interesados y los objetivos a alcanzar, a partir de un plan personalizado.

Las dudas son resueltas por zoom o videollamada hasta que todo quede claro y en dos o tres semanas, en promedio, se da el seguimiento a las indicaciones iniciales que, hasta el momento, la mayoría ha estado relacionada con el control de peso o métodos para adelgazar, de acuerdo con las inquietudes de los pacientes, además de que se continúa la atención a quienes acudieron en forma presencial, previo a la contingencia sanitaria, o padecen enfermedades que requieren de una dieta determinada.

A esto se suma la plataforma de Facebook de la Cosib facebook.com/COSIBoficial/ con videos, publicaciones y conferencias; la próxima será dictada el próximo 9 de junio, a las 12:00 horas, titulada Alimentación para fortalecer el sistema inmunológico.

“El jueves 28 de mayo iniciamos un taller sobre hábitos nutricionales con 20 participantes en cinco sesiones, una por semana, de una hora de duración y ante la alta demanda es posible que se abra otro grupo en fecha próxima que sería anunciado en las redes sociales de la Coordinación”.

Hernández Ramírez recomendó optar por el “plato para comer saludable”, mejor conocido como Harvard, el cual indica las porciones balanceadas: la mitad debe ser de verduras, vegetales o frutas; una cuarta parte de proteínas –animales o vegetales– y el resto de cereales para aportar energía, por lo que se trata de una guía muy fácil y sencilla de aplicar.

A la vez resulta definitivo disminuir productos con aporte energético alto –refrescos, jugos y bebidas azucaradas– y aquellos industrializados con importante contenido de grasas, así como tener cuidado con el pan dulce, las tortillas, el arroz y las pastas, que deben consumirse porque es necesaria la energía, pero en cantidades pequeñas, es decir, media o una taza, máximo.

Lo ideal es distribuir la mayor parte de los suministros durante el día, por ejemplo, un desayuno y una comida adecuados con proteínas, verduras o frutas para que la cena sea más ligera, además de que se omitan los cereales y se añadan verduras y poca proteína.

En el contexto actual, una predominante ha sido comer en exceso, así que en este caso es fundamental elegir semillas, nueces, cacahuates, almendras o frutas y tomar suficiente agua para mantenerse hidratado –litro y medio o dos– además de canalizar la ansiedad hacia la lectura, la música o el ejercicio, entre otras actividades.

Al ser más activos y estar en crecimiento, los niños pueden consumir más calorías, carbohidratos o cereales, aunque no son aconsejables las provisiones procesadas. Con ellos pueden seguirse las mismas pautas que con los adultos y establecer horarios similares a los de una rutina habitual.

En el contexto actual, una predominante ha sido comer en exceso, en este caso es fundamental elegir semillas, nueces, cacahuates, almendras o frutas y tomar suficiente agua para mantenerse hidratado –la sugerencia general es entre litro y medio y dos litros– además de canalizar la ansiedad hacia otras actividades incluidas leer, escuchar música o hacer ejercicio.