• La Consejera Electoral indicó que esta violencia es un asunto de ausencia de respeto entre seres humanos y de falta de empatía de creer como pienso yo”.

Por: Redacción/

El ciberacoso laboral es un fenómeno que, si bien ha existido desde hace mucho tiempo, ahora con la pandemia del Covid 19 y el home office ha cobrado mucho mayor relevancia y que es necesario regularlo, ya que provoca muchos daños a las trabajadoras como trabajadores en su desempeño, afirmó la Consejera Electoral Carolina del Ángel Cruz.

Durante la transmisión en vivo del programa “En Conexión” y que se realizó de manera virtual, advirtió que “no nos damos cuenta de lo que está pasando en nuestro alrededor y también se debe a que hay mucha resistencia y como sociedad estamos acostumbrados a que el respeto se gana con violencia y eso es lo que hay que cambiar”.

La Consejera del Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM), también consideró que es necesario modificar la relación interpersonal en donde decimos “no aguanta nada y creemos que como seres humanos estamos obligadas u obligados a aguantar el buen humor y el maltrato desde la gente con la cual convivimos”.

Indicó que esta violencia es un asunto de ausencia de respeto entre seres humanos y de falta de empatía de creer como pienso yo, debe pensar la persona de enfrente y peor aún, como siento yo, debe sentir la persona de enfrente, lo cual nos da por calificar de más o menos una agresión, sin saber en realidad que está sintiendo esa persona.”

Lamentablemente, dijo, la presencia de este fenómeno en el mundo laboral cobra mayor relevancia y que es necesario contener.

Por su parte, Claudia Guadalupe Zuluaga Thomassiny, licenciada en Relaciones Internacionales, alertó que el ciberacoso laboral puede generar efectos psicoemocionales entre las trabajadoras y trabajadores y que pueden llegar a daños físicos y hasta el suicidio.

Hizo notar que este fenómeno se da cuando de manera reiterada un sujeto recibe de otros a través de soportes móviles o virtuales agresiones, amenazas, insultos, vinculaciones, extorsiones, robos de contraseñas, suplementaciones de identidad, vacíos sociales con mensajes de texto o de voz, provocándoles victimización psicológica, emocional, y rechazo social.

“En términos generales la violencia laboral son aquellos actos de hostigamiento, acoso, malos tratos en contra del trabajador que pueda dañar su integridad”, apuntó.

Inclusive, abundó, provoca daños psicológicos, miedos, disminución de la autoestima, estrés, depresión, ansiedad, inseguridad y frustración entre las personas que viven con este problema.

Asimismo, dijo, causa una disminución en la rendición del trabajo, problemas de concentración o ausencias laborales. Además, agregó, a nivel personal puede provocar problemas familiares y aislamiento social.

Hizo notar que el ciberacoso laboral se ha agudizado a partir del desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC’s) y se lleva a cabo de manera anónima y quien lo realiza tiene miedo de que lo identifiquen. “Es el llamado acoso cibernético, acoso digital o en red”, precisó

La mayor probabilidad de que se presente este fenómeno, alertó, se da en el horario laboral e incluso en cualquier momento del día. “Se puede mandar un mensaje en horarios que no son laborables o por ejemplo podemos mandar un meme al grupo de WhatsApp del trabajo fuera de los horarios laborales”, añadió.

Entre los factores para detectar este problema se da a partir de las medidas organizacionales cuando se designan los trabajos desagradables, los innecesarios o monótonos o sin utilidad o en su caso no se asigna ninguna actividad laboral.

La intimidación a través de la tecnología electrónica, externó, es una nueva expresión de violencia psicológica y a veces sexual, y en este tipo de violencia se puede incluir en el envío de mensajes de texto con contenidos ofensivos, o amenazantes, la divulgación de contenidos sexuales implícitos o no.

Durante su exposición, mencionó que el ciberacoso requiere que el comportamiento agresivo se produzca de forma regular, reiterada, durante un periodo razonable o que la incidencia de dicho comportamiento tenga un efecto perjudicial duradero.

También suele suceder, expuso, que algunas personas que están todo el tiempo conectadas y otras personas pues no saben qué hacer porque sus superiores o las personas que están a su cargo no les dicen nada y eso también se ha manifestado últimamente en los espacios laborales.

Después, prosiguió, existen los ataques a la vida privada de la persona en donde se le obliga a mantener todo el tiempo la cámara encendida. Luego le sigue el terror a través de las llamadas telefónicas donde el jefe está llamando y pregunta que está haciendo; burlarse de alguna discapacidad de un trabajador y ataques a las creencias políticas o religiosas de un empleado.

En este sentido, recomendó evitar este tipo de conductas y pensarlas como algo que fuera natural, una simple mofa, “pero no es así porque en el ámbito laboral puede dañar la integridad de una persona”.