Por: Redacción/

El aula virtual abrió una oportunidad a la innovación educativa en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) durante este periodo de contingencia, como evidencia el aumento significativo en el uso de este tipo de espacios en las cinco unidades de esta casa de estudios, por lo que un diseño pedagógico adecuado motivará la creatividad para transformar la forma tradicional de impartir clases, aseguró el doctor Pablo César Hernández Cerrito.

El representante de la UAM ante la Red de Innovación Educativa (RIE) 360 considera que la Institución se fortalecerá con el empleo didáctico de la tecnología, enfrentándose así a un escenario cada vez más interactivo con mayores posibilidades de comunicación síncrona y asíncrona.

“La gran pertinencia de la Casa abierta al tiempo –que trasciende el hecho de enfrentar la crisis sanitaria– consiste en aprovechar al máximo capacidades, fortalezas y recursos institucionales –biblioteca digital, entre otros– pues en cada sede universitaria hay sitios de apoyo, tanto a nivel de cómputo como de educación a distancia, con una planta académica en continua actualización de sus conocimientos en todas las áreas disciplinares”.

Aunque los investigadores tienen la opción de utilizar medios diferentes para desarrollar su labor por la vía digital, a partir de una variedad de tecnologías disponibles pueden potenciarse los beneficios de las aulas virtuales, ya que pueden gestionarse en un mismo sitio –con eficiencia y eficacia– los procesos de enseñanza-aprendizaje, seguimiento, evaluación y retroalimentación continua.

Para ello “se necesitan una excelente planificación y un plan de trabajo bien organizado por semanas, considerando los tiempos de dedicación, instrucciones claras, formas de evaluación y códigos de ética, tanto para evitar el plagio” como para lograr mejores lecciones.

El doctor Hernández Cerrito explicó que los tres ejes de calidad de un aula virtual son la planificación, la interacción –ya que alumnos y docentes son sujetos activos que generan comunidades de aprendizaje– y la evaluación del maestro que se traduce, no sólo en una calificación, sino en una retroalimentación oportuna para que el estudiante progrese durante su trayecto formativo.

En esa dirección es deseable que el docente fortalezca las habilidades disciplinares de conocimiento de la materia; las capacidades pedagógicas para transformar la práctica docente, y las destrezas tecnológicas para conocer las ventajas que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación, expuso el profesor invitado de la Licenciatura en Administración de la Unidad Azcapotzalco.

Desde 2018, mediante la Comisión de Innovación Educativa, la UAM se ha posicionado con una visión amplia al respecto, “al proponer el Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER) para continuar sus labores durante la contingencia por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) y la entrega de tabletas a los jóvenes que carecían de equipo y/o conectividad a Internet, entre otras estrategias que se están realizando y serán evaluadas”.

La Comisión también ha impulsado programas de renovación educativa en el campo semipresencial, implementando un modelo piloto en las unidades Azcapotzalco y Lerma.

En el actual escenario de incertidumbre y cambio, “la Universidad posee capital humano y tecnológico para atender de inmediato el desarrollo profesional de su comunidad, con académicos comprometidos y discípulos que adquieren” mecanismos nuevos para alcanzar conocimientos.

El doctor en educación por la Nova Southeastern University agregó que este trimestre será sui géneris, pero con resultados prometedores, pues los beneficios serán múltiples a nivel de experiencia y organización. “Nos llevará a un escenario en el que la UAM empiece a flexibilizar sus planes de estudio, en concordancia con los sucesos actuales, lo cual es una tendencia mundial de trascender a modalidades innovadoras de aprendizaje”.