• El Gobierno de México sigue sin poner atención a la protección de infraestructuras e instalaciones de carácter crítico y estratégico y esto es preocupante pues al final, existen actos subversivos y orquestados por bandas criminales que, van en innegable aumento.

Por: Israel Mendoza Pérez-@imendozape/

Sin un estudio profundo y análisis de riesgos global, la cuatroté va por una nueva tarea para la Guardia Nacional. Incluirla en la seguridad de Petróleos Mexicanos. En este sexenio se ha hecho evidente un total desconocimiento o falta de interés en materia de protección de infraestructuras críticas.

La Subdirección de Salvaguardia Estratégica (SSE) de Petróleos Mexicanos será renovada y en su lugar entrarán 10 mil elementos de la Guardia Nacional. Sin embargo, el cambio no es de fondo, sólo es de personal e integrar el modelo de la cuatroté. A final de cuentas, los elementos de la guardia llevarán a cabo las mismas tareas como interactuar con otras dependencias, entidades y organismos federales que están a cargo de la seguridad nacional y la seguridad pública, vigilar y proteger las instalaciones estratégicas y el sistema nacional de ductos y brindar seguridad a las instalaciones estratégicas y patrullar la red de ductos localizados en las costas y zonas marítimas del país.

Este movimiento se llevará a cabo justo con el avance significativo de la refinería de Dos Bocas, el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere redondear su megaproyecto económico-petrolero enmarcado con la corporación policiaco-militar que impulsó desde el inicio de su sexenio.

La nueva tarea ya fue discutida con el director de Pemex, Octavio Romero y con el comandante de la GN, el general Luis Rodríguez Bucio. No hay opción ante una petición desde Palacio Nacional. Aunque el Gobierno de México sigue sin poner atención a la protección de infraestructuras e instalaciones de carácter crítico y estratégico y esto es preocupante pues al final, existen actos subversivos y orquestados por bandas criminales que, van en innegable aumento a lo largo y ancho del país, socavan la integridad de estos inmuebles que final del día son los que soportan o soportarán las redes de servicios esenciales que dan viabilidad al desarrollo del país.

Un cambio cosmético no es la respuesta. La cuatroté solo ve el árbol y no el bosque. Pemex no es la única área estratégica, en general urge replantear la estrategia para la protección de infraestructuras críticas, como son las presas, fuentes de abastecimiento de agua, plantas eléctricas, plataformas petroleras, refinerías, vías férreas, aeropuertos, el sistema financiero, entre otras.

Utilizar la fuerza de la Guardia Nacional tampoco es la solución más acertada, pues en 2020, el conflicto en la presa La Boquilla, en Chihuahua, se intensificó por la presencia de este cuerpo de seguridad, pues sin un plan estratégico moderno y sin una certificación para los estrategas en seguridad física se abre la puerta para que ya sea un grupo radical o el descontento vuelva a poner en riesgo los bienes públicos.

A final de cuentas, lo que se necesita es una ley para la protección de este tipo de infraestructuras que resultan esenciales para el funcionamiento de una nación. Una legislación actualizada que determine los parámetros, estrategias y políticas para la prevención, protección y resiliencia de todas estas instalaciones que pueden ser públicas o privadas y no solo el uso de personal equipado con armas.