• La trama de Odebrecht en México se debe considerar en ciernes. Emilio “L” se jugó su última carta. Está en prisión y el descrédito ya lo consiguió por unanimidad y en lo mediático es un logro para la cuatroté pero es un resultado mediocre comparado con otros países.

Por: Israel Mendoza Pérez-@imendozape/

Desde hace cuatro años, la investigación de Odebrecht, iniciada por la PGR, luego FGR a cargo de Alejandro Gertz Manero, hasta el momento no tiene ningún sentenciado de alto nivel. La prisión preventiva justificada contra Emilio “L” es apenas un primer paso, de una tortuosa investigación, la cual, si se compara con los resultados de casos similares en el extranjero, se queda corta.

El caso Odebrecht, en México, no es único, la empresa constructora ha dejado una estela de investigaciones y detenidos en América Latina que en comparación con el caso Emilio “L” se trata de apenas una de las puntas de la madeja. Y es que el entramado de manejo de recursos millonarios es enorme en el país y en experiencias en otras latitudes.

El ahora huésped del Reclusorio Norte, dejó ver en una declaración que el caso es de dimensiones de largo aliento y él no es el único involucrado: “lo que pasa es que a muchos no les conviene que se sepa la verdad. Los que realmente se beneficiaron (de los sobornos) están libres”.

Los casos de corrupción de Odebrecht, en Latinoamérica, son múltiples y alcanza a un exmandatario. En Brasil hacia 2014, para investigar y sancionar los casos de corrupción vinculados a la constructora Odebrecht se creó un grupo especial integrado por fiscales, policías federales llamado Operación Lava Jato se trató de un caso de sobornos de la empresa brasileña Petrobras. Para 2017, el grupo especial había logrado condenas para 125 personas.

En el país de la samba se abrieron 57 procesos penales contra 260 acusados. Para entonces se habían dictado condenas en 25 juicios por un total de mil 317 años de prisión. Para marzo de 2020, luego de 6 años de labores, el equipo especializado de la Operación Lava Jato logró la denuncia de 500 personas implicadas en actos de corrupción.

En tanto, en Perú desde 2018, se creó un equipo especial de fiscales, que lleva más de 35 investigaciones abiertas y más de 250 personas investigadas por los presuntos sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a funcionarios y políticos. Incluso, Pedro Pablo Kuczynski siendo presidente del país andino renunció antes de ser sometido a un voto de destitución en el Congreso luego de comprobarse su involucramiento en los sobornos de Odebrecht en aquella nación.

Mientras que en Argentina desde 2018 se empezaron a seguir las huellas de sobornos por parte de la empresa en la que el dinero chorreó dentro campañas políticas, funcionarios y de ellos, había 172 procesados y siete presos.

Lo que tiene el fiscal Alejandro Gertz Manero es una morona de investigación, un detenido que durante 16 meses se abrazó de un criterio de oportunidad que extendió, hasta donde pudo, el caso y apenas el miércoles logró 30 días más para presentar pruebas.

La trama de Odebrecht en México se debe considerar en ciernes. Emilio “L” se jugó su última carta. Está en prisión y el descrédito ya lo consiguió por unanimidad y en lo mediático es un logro para la cuatroté pero es un resultado mediocre comparado con otros países.