Por: Redacción/

Cuando se habla de estudiantes geniales lo relacionamos con sus calificaciones, comportamiento o desempeño dentro de las aulas, pero hay chicos y chicas que muestran capacidades más allá de la escuela convirtiéndose así en jóvenes disciplinados e integrales. En esta columna quiero hablarles de lo importante que es la educación fuera de los salones de clase llevándola hasta distintas disciplinas que logran no solo buena salud sino también alejar de los vicios, los malos hábitos y el ocio.

El mes pasado varios alumnos de diferentes grupos de preparatoria se ausentaron de clase, cuando las autoridades escolares nos entregaron los justificantes de dichas ausencias quedé en verdad sorprendido al saber que cuando menos diez chicos participarían en una competencia estatal de boxeo, me sentí orgulloso de estos chicos porque además esas faltas no los perjudicarían ni en lo mínimo ya que son chicos responsables y buenos estudiantes.

Haciendo una reflexión sobre el comportamiento de ellos llegué a la conclusión que se muestran similares en comportamiento, educación y dedicación, lo que me dice que un joven que práctica alguna disciplina extra aparte de estudiar, recibe también un plus para ir creciendo sin poner pretextos, encuentran una visión distinta del mundo que los rodea, así mismo es portador de herramientas distintas al resto de sus compañeros.

Además me fue muy grato y me llena de orgullo saber que uno de mis alumnos fue campeón estatal en el certamen y tuve el gusto de estrechar su mano así como felicitarlo al mismo tiempo que hacía extensas dichas felicitaciones a sus padres y equipo de entrenamiento; después en este espacio les haré conocer a este chico y a otros tantos que no se conforman y buscan desarrollar toda su juventud y el potencial que ésta les obsequia.

Pero no solo el box aparece, también tengo alumnos que practican Tae-kwon-do, disciplina que no demerita para nada y que de igual forma, nos regala a los profesore, chicos respetuosos y disciplinados, gente que sabe cuáles son sus obligaciones sin necesidad de estárselos recordando, muchachos que no se pondrán jamás al tú por tú con ninguna autoridad, por el contrario acatan indicaciones, se muestran tranquilos antes ciertos problemas y enfrentan la frustración con una excelente respuesta.

Qué decir del parkour, nuevo deporte que también aporta a la sociedad una juventud deportista, saludable con buenos valores y principios; actividad que forma grupos de chicos dispuestos a correr, saltar, recorrer las calles de su localidad si afán de molestar a nadie y por el contrario quienes tienen oportunidad de verlos practicar sus rutinas se encuentran con un gran espectáculo agradable y que nos regala un buen momento.

Si hablamos de nuevos deportes tengo que mencionar la calistenia, disciplina que me tiene bastante impresionado, de tal forma que ahora he empezado a practicarla también; según la página calistenia.net, esta se define como: un sistema de entrenamiento que se vale principalmente del peso corporal; sin la necesidad de cargas o resistencias adicionales puedes lograr tanto un desarrollo muscular impresionante como un gran trabajo cardiovascular; créanme que los resultados son geniales, uno de mis alumnos lo práctica con resultados muy favorables haciendo más verdadera que nunca la frase: “mente sana en cuerpo sano”.

Qué decirles de las chicas (claro que también pueden practicar box, Tae-kwon-do, etc.) de la misma forma se muestran con hambre de crecer en otros ámbitos pero me llama mucho la atención que varias chicas son “escaramuzas charras”, disciplina que además de ser cultura, diversión y entretenimiento también es un deporte completo, elegante y muy gratificante; también le daré en adelante un espacio más amplio para platicarles de esto.

En conclusión, son un sinfín de actividades extras las que practican los chicos: la música, el deporte, el arte, la cultura y más, pero me llena de felicidad saber que pese a lo que vivimos hoy en nuestro país y en la juventud, existen chicos que no se conforman con dar el mínimo esfuerzo, chicos que quieren vencer el demonio de las drogas, jóvenes que muestran que cambiar la cara juvenil de una nación es posible, que logran vencer obstáculos, que ganan campeonatos, que colaboran en el crecimiento de su comunidad, que mejoran su nación pero lo mejor de todo que se forjan un futuro mejor.

Dedico esta columna a mis campeones alumnos y a los que van en camino a cumplir esa meta y sin que suene trillado (ni políticamente correcto) déjenme hacerles saber que ya son campeones de la vida, la cual –créanme-, será más sencilla para ustedes que para muchos otros.