Por: Redacción/

La luna ya no es igual; ahora se percibe distante, ajena, opaca, pero lo peor de todo es que se limita a observar, acompaña de lejos su tristeza, se queda allí sin decir nada, sin auxiliarla. El fantasma visita cada noche, sus ganas de asustar son insaciables, son brutales, como todo fantasma carece de sentimientos, de bondad o remordimientos, en ocasiones la chica maravilla se pregunta si el fantasma no tendrá hijos pequeños y al instante se contesta que muy probablemente no, pues de tenerlos no le estaría haciendo esto a ella.

La chica maravilla fue creciendo pero los ataques no cesaron, ahora también el día era propicio para asustar y atormentar a esa pequeña víctima que ningún daño le había hecho. La chica sufría en silencio y no soportaba más, su piel comenzó a pagar el precio, pues sin quererlo, sin desearlo, realizaba cortes en sus brazos, en sus piernas y en cada parte del cuerpo lastimándose fuertemente, tal vez con la esperanza de que todo fuera un sueño, una pesadilla que la atormentaba… quizá el dolor de las laceraciones la hicieran despertar y así poder apreciar desde su ventana nuevamente el brillo único e incomparable de la luna.

Una ocasión después de tantos corte una maestra de la escuela secundaria a la que asistía creyendo saber todo y sin saber nada le gritó que dejara de intentar llamar la atención de esa forma y que empezara a madurar. Eso le dolió aún más que las laceraciones en su piel y dejó salir todo lo que por años esperaba en su garganta para estallar, un grito aprisionado desde mucho tiempo atrás arremetió contra aquella maestra que no podía creer lo que escuchaba: “Usted no sabe lo que he vivido, no imagina mi verdadero dolor, las heridas en mi piel no son nada comparadas con las que existen en mi corazón.”

La maestra abrazó a la chica maravilla y escuchó toda la historia, la animó a hablar con sus padres e ir tras el fantasma para que no volviera a asustarla ni a ella, ni a nadie más; cuando los padres escucharon lo que su pequeña había sufrido por tantos años se culparon por no haberse dado cuenta, por no entender los frecuentes insomnios de su hija y no escuchar jamás de sus terrores nocturnos, pero ya poco se podía hacer por lo pasado, aunque sí podían ir tras el fantasma y hacerlo pagar por su maldad.

No fue difícil atrapar al fantasma aunque al principio lo negó tuvo que enfrentar un juicio, mismo que representó otro martirio para la chica, pues los juicios a fantasmas no son fáciles y menos cuando le piden a la víctima que cuente con lujo de detalle lo que desde siempre ha querido olvidar, lo que su mente ha bloqueado como mecanismo de defensa, lo que ni aun la luna con todo su esplendor pudo soportar.

Contarlo fue complicado pero que pusieran en duda su palabra lo fue aún más, los estudios y peritajes cansados, tediosos y hasta ofensivos lograron que se descubriera la culpabilidad del fantasma y aunque fue condenado nunca será resarcida la felicidad de una pequeña, de una jovencita, de una mujer  pues después de un fantasma como ése la vida cuesta, cuesta mucho… pero esta chica, no es una chica común, es una chica maravilla y eligió pelear, no rendirse, no dejarse caer, no ser una víctima sino una heroína.

Hoy la chica maravilla no quiere sobrevivir sino vivir, enfrentar la vida, tal vez no olvidar pero si superar lo vivido, contar su historia y ayudar a otras chicas que viven casos similares a no temer y enfrentar a los fantasmas a levantar la voz y a contar a personas confiables si algún fantasma las amenaza, las acosa o ya las están atacando. Hoy la chica vive así como su sobrenombre lo dice, como una chica maravilla, una chica que sonríe, que tienes planes, que es optimista, que enfrenta las cuestas muy verticales, que enfrenta y supera retos, que no se cansa y que ha encontrado nuevamente una ventana donde se asoma la luna con un brillo nuevo en su estación de cuarto creciente.

Esta historia está dedicada  a la chica maravilla por confiarme sus memorias de este caso, a ella que supo superar esta parte de su vida, a ella que ostenta en su rostro una sonrisa que habla de que su portadora es una guerrera; la dedico a los padres de familia para que den y reciban confianza de sus hijos, que los escuchen siempre y que le muestren a los fantasmas que hay protectores en casa; la dedico a las jovencitas y jovencitos que han pasado por casos similares o que peor aún lo están pasando y les digo ¡No tengan miedo! Los fantasmas son seres cobardes que huyen ante la valentía de alguien que anuncie su aparición.