Por: Redacción

El diputado Javier García Chávez, coordinador legislativo en Política Exterior del grupo parlamentario del PRD, calificó la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, como un golpe de Estado que se gestó desde la Cámara de Diputados de ese país.

Aseguró que ese golpe estuvo encabezado por Eduardo Cunha, quien “representa los intereses de los ultraderechistas del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) y del PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) contra un gobierno legítimo respaldado por 55 millones de sufragios”.

García Chávez, también secretario en la Comisión de Relaciones Exteriores, aseveró que el señalamiento de corrupción en la empresa paraestatal Petrobras “no es más que un pretexto mediático para descalificar una política que no es compartida por los sectores ultraconservadores del Brasil”.

El diputado perredista sostuvo que “las movilizaciones contra la mandataria brasileña recuerdan a las ocurridas en 1964 contra el gobierno legítimo de ´Jano´, organizadas por el diputado Cunha y el gobernador De Barros a favor de ´salvar la democracia´”.

Consideró que “Vem pra rua” es la edición moderna de esas movilizaciones promovidas por la ultraderecha en el marco del linchamiento mediático.

“Los golpistas necesitan crear el escenario de desestabilización para confrontar el respaldo popular que, por otra parte, ha recibido Dilma (Rousseff) del PT, Movimiento sin Tierra y Sin Techo, incluso de personalidades como Chico Buarque, Caetano Veloso o Gilberto Gil”, dijo.

Estimó que México se debe pronunciar con las debidas reservas contra el gobierno interino del vicepresidente Michel Temer.

“Debemos tener claro que llega al poder por un proceso lleno de lagunas e irregularidades que ponen en duda a quien representa Temer, no está claro si representa al pueblo brasileño o a los intereses de la oligarquía brasileña”, externó.

García Chávez aseveró que es imperativo un estudio urgente de las consecuencias que tendrá este golpe en una de las economías más importante del mundo y particularmente en las relaciones con Venezuela y Argentina, con quienes, incluso, comparte sus fronteras.

El parlamentario manifestó que “el golpe afectará la correlación de fuerzas del movimiento de izquierda a nivel internacional y modificará la posición de Brasil con respecto de la integración económica de los países emergentes”.

Consideró “imperativo hacer un pronunciamiento, que en estos días estamos preparando, para una pronta discusión y análisis de lo que debemos hacer en el trabajo interparlamentario a nivel regional y dentro de los temas de cooperación con México”.