Por. Redacción/

 

Las edificaciones en la Ciudad de México, en mayor o menor grado, sufrieron daños por el sismo del 19 de septiembre pasado por una mala percepción del proyecto que carecía de un justo equilibrio entre el peso y la masa del edificio; por emplear lozas de transferencia que presentaron comportamientos diferenciados entre las partes baja y alta, o por carecer de mantenimiento, señalaron los maestros Isaura Elisa López Viveros y Juan Carlos Pedraza Vidal.

Durante el 7° Seminario en Calidad y Protección Civil 2018, realizado del 29 al 31 de enero en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los académicos comentaron que sería conveniente que las universidades públicas redoblaran esfuerzos en la asesoría, facilitando textos, libros y guías de cómo hacer una vivienda en autoconstrucción.

Si bien la UAM ha tenido abiertos los canales de apoyo a la población desde el sismo de 1985 y las 10 mil 200 supervisiones que realizaron por el temblor pasado, falta organización para trabajar con mayor frecuencia con la comunidad.

Al dictar la conferencia Supervisión de edificaciones en el sismo 19S sostuvieron que “se necesita una comunicación más abierta con la sociedad para que esté más informada y educada sobre este fenómeno natural que estará siempre presente y que exige vivir con la mentalidad de la reacción inmediata y la supervisión arquitectónica constante”.

El momento es un parteaguas para que “población, profesionales y autoridad tengan una retroalimentación permanente, ya que muchas edificaciones fallaron porque con el sismo de 1985 no se realizaron intervenciones y sus reglamentos de construcción correspondían a años anteriores”.

La maestra en Diseño y Arquitectura Bioclimática, adscrita al Departamento de Procesos y Técnicas de Realización, y el maestro en Arquitectura Bioclimática del Departamento de Evaluación de Diseño en el Tiempo advirtieron que por la particularidad del suelo y la ubicación, la Ciudad de México es referente internacional en la investigación sobre el comportamiento de los terremotos que sirve para la construcción y las acciones de prevención.

López Viveros y Pedraza Vidal encabezaron algunas de las brigadas de los alumnos de Arquitectura de la Unidad Azcapotzalco que brindaron asesoría sobre el estado de los inmuebles, con recorridos en las delegaciones Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Benito Juárez, Cuauhtémoc y Centro, así como en el Estado de México y Morelos, inspeccionando vivienda unifamiliar, multifamiliar, edificios educativos y de servicio.

Las constantes de los sitios evaluados fue la carencia de mantenimiento, plantas frágiles, defectos en la construcción, cambios de uso de suelo, irregularidades de forma y peso de la edificación, presencia de prefrabricados, golpeteo entre estructuras por no respetar distancias entre los edificios y alturas, inmuebles en esquina y bloqueos y obstrucciones en las salidas de evacuación.

Los docentes revisaron las irregularidades geométricas y resistencias, elevación, asimetría de elementos estructurales, aberturas importantes, muros de rigidez no continuos en cimentación, falta de confinamiento, columnas cortas y débiles, estructuras insuficientes en columnas y vigas, la inclinación y los hundimientos previos.

Para afrontar los desastres se cuenta con un Comité Nacional de Emergencia regulado por la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) en comunicación directa con la Oficina de la Presidencia de la Republica, las Secretarías de la Defensa Nacional y la Marina, el Fondo de Desastres Naturales, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), la Dirección General de Protección Civil y la Cruz.

El plan sismo dispone de un grupo de expertos que evalúa los daños de las edificaciones y sigue las normativas y los protocolos sobre el comportamiento de las estructuras en presencia o no de sismos. Esta Red Nacional de Evaluadores establece un procedimiento general de inspección y estimación de la habitabilidad de inmuebles después de una contingencia importante o determina la vulnerabilidad de los mismos en su estado actual ante un evento postulado.

Además capacita y certifica a personal técnico que, dependiendo de su perfil profesional, puede ingresar como director responsable de obra o corresponsable de seguridad estructural para coordinar las brigadas de indagación o dictaminar las obras en caso de movimientos telúricos.