Por: Luis Alberto Rivas 

Estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) construyeron una rocola que puede tocar una melodía a cambio de un envase, esto con el fin de promover la recolección de botellas de tereftalato de polietileno, mejor conocido como PET.

El invento corrió a cargo de Dara Itzel Sánchez Medina, Leslie Arisbeth Villalobos Domínguez y Esteban Ignacio Rueda Flores del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyT) 10 “Carlos Vallejo Márquez”, quienes desarrollaron la Ecorrocola como parte del Proyecto Aula.

En un comunicado, explicaron que el contenedor de madera, de un metro de alto por uno y medio de ancho, tiene una vieja pantalla reciclada de computadora a través de la cual es posible elegir el tema musical cada vez que se introduce una botella de PET.

Cuando se realiza esta acción se activa un sensor conectado a la tarjeta madre del equipo de cómputo y comienza a sonar la melodía previamente seleccionada.

La propuesta metodológica del IPN que permite incorporar los conocimientos de las unidades de aprendizaje cursadas durante el ciclo escolar a la solución de problemas concretos, dijeron.

Bajo la asesoría del profesor Abraham Salinas Castellanos, los estudiantes de la carrera de Técnico en Diagnóstico y Mejoramiento Ambiental, han trabajado en este proyecto desde el año 2012, cuando construyeron un primer prototipo con cajas de cartón. En esta ocasión mezclaron esta actividad con música para hacerla más atractiva.

Con nuevos conocimientos y apoyo de materias como electrónica y computación se dieron a la tarea de mejorar su proyecto con componentes reciclados, como cascarón de madera, un teclado numérico, monitor, bocinas, sensor de una impresora y la tarjeta madre de una computadora vieja de diskette.

Al utilizar material de reciclaje y desecho, la elaboración de la Ecorrocola no fue costosa, razón por la cual, pretenden mostrar su invención a otras escuelas politécnicas de nivel medio superior, con el fin de despertar el interés, replicar su construcción, fomentar el acopio de PET en los patios escolares y generar alguna ganancia para el plantel con su venta.

Asimismo, manifestaron que buscarán que el prototipo funcione con tecnología limpia, para lo cual tendrán que analizar la forma de añadir paneles solares y así su funcionamiento no dependerá de la energía eléctrica.

Los estudiantes politécnicos aseguran que la contaminación por botellas de PET es alarmante porque además de ser desechadas indiscriminadamente en las calles y tiraderos, tarda cientos de años en descomponerse.

Su origen proviene de recursos no renovables, lo que hace pensar que su reciclaje puede coadyuvar tanto a la economía como al medio ambiente.