Por: Redacción

México se ha colocado en el radar internacional de la industria aeroespacial y requiere de una verdadera política de Estado que permita desarrollar esta actividad con ventaja frente a otras naciones, para competir en el mercado de bienes y servicios, con especial atención a los sectores productivos, especialmente, para las pequeñas y medianas empresas.

En este contexto, el Senado de la República solicitó a la Secretaría de Economía un informe sobre el estado y avances de las acciones contenidas en el Programa Estratégico Nacional de la Industria Aeroespacial 2012-2020.

En el dictamen avalado por el Pleno se precisa que de septiembre de 2014 a mayo de 2015, las exportaciones del sector aeronáutico alcanzaron cuatro mil 774.5 millones de dólares, 7.4 por ciento más respecto al mismo periodo previo; en tanto que a junio de 2015 este sector se integró por 325 empresas y entidades de apoyo, es decir, 25 más con respecto al mismo mes de 2014.

De acuerdo con el impulso al desarrollo de la industria aeronáutica en el país, se pretende que México se encuentre entre los primeros 10 lugares de ventas de productos aeroespaciales en el mundo.

Sin embargo, señala el dictamen, 80 por ciento de las empresas aeroespaciales en México se dedican a la manufactura de piezas como componentes, cables y arneses, dispositivos de sistemas de aterrizaje, modelado e inyección de plástico, maquinaria de precisión, entre otras, por lo que se requiere incentivar el componente de investigación y desarrollo nacional en el sector.

Por otra parte, las instituciones de educación superior que ofrecen la carrera de aeronáutica son reducidas, pero se encuentra mayor oferta en posgrados relacionados al sector aeroespacial, muchos de ellos con el apoyo del Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial, donde se agrupan las instituciones académicas que conjuntan los esfuerzos en la preparación de ingenieros y técnicos especializados en el sector.

Sin embargo, los egresados no cuentan con las mejores condiciones para laborar, por lo que el apoyo de estas entidades es vital para identificar las necesidades en las políticas que contribuyan a consolidar esta área estratégica, y atraer así el desarrollo de una mayor oferta educativa.

En este sentido, además de la participación de la industria en este proceso, la innovación es trascendental y la consolidación de la Tripe Hélice (Academia-Gobierno-Industria) es esencial para delinear políticas que permitan un desarrollo económico basado en el sector aeroespacial.

En el dictamen se reconocen los esfuerzos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Secretaría de Economía (SE) para incentivar al sector, con programas como el Fondo de Innovación Tecnológica; Innovación Tecnológica para Negocios de Alto Valor Agregado, INNOVAPYME; Desarrollo de Innovación en Tecnologías Precursoras, PROINNOVA; e Innovación Tecnológica para la Competitividad de las Empresas INNOVATEC, que pueden ser utilizados por empresas del sector aeroespacial.

Por otra parte, la SE, con la participación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Conacyt y el sector privado, implementan el Programa Estratégico Nacional de la Industria Aeroespacial 2012-2020, a fin de integrar estrategias, políticas y acciones en la materia, así como proponer los mecanismos de coordinación entre las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF) y los sectores público, social y privado para el diseño, ejecución y evaluación de acciones de la de la productividad.

El reto para el país está en la capacidad de convertir las ventajas de la industria aeroespacial nacional en una realidad que consolide un sistema de innovación de alto valor agregado nacional, y no sólo manufacturero.