Por: Redacción/

De acuerdo con estimaciones de las organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y Panamericana de la Salud (OPS), en el año 2050 cerca de 40 millones de personas requerirán atención por problemas renales en México, por ello el Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrolló una investigación mediante la cual comprobó que los antioxidantes (vitaminas C y E) actúan como protectores y revierten el daño renal en la etapa inicial, que es ocasionado por el estrés oxidativo (deterioro celular por el incremento de la oxidación producida por radicales libres).

Previo al Día Mundial del Riñón, el especialista de la Escuela Superior de Medicina (ESM), Pedro López Sánchez, destacó que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) afecta a alrededor de 170 millones de personas en el mundo y evoluciona en diferentes fases. “Los estudios que se realizan en el IPN se centran en la etapa inicial cuando el riñón empieza a sufrir hipertrofia (aumento de tamaño y alteración en su funcionalidad)”, precisó.

Después de tres décadas de realizar estudios del riñón, el investigador politécnico comprobó la efectividad de los antioxidantes (vitaminas C y E) como protectores e inhibidores del daño renal en la etapa inicial. El integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II explicó que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) se deriva mayoritariamente de enfermedades crónico-degenerativas, como son la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.

“Si desde ahora tomamos conciencia de que las afecciones en la primera fase tienen mejor pronóstico, podremos evitar complicaciones y reducir las cifras que se proyectan para el 2050, las cuales estiman que entre el 60 y 70 por ciento de la población mayor de 50 años padecerá diabetes mellitus, y si tomamos en cuenta que la tercera parte desarrollan nefropatía (daño renal), estaríamos hablando de un incremento significativo de esta afección”, expuso.

López Sánchez subrayó la importancia de impulsar el autocuidado y (sin necesidad de tener síntomas), realizarse un chequeo médico anual, que incluya estudios de laboratorio (biometría hemática, química sanguínea, examen general de orina y pruebas de función renal), así como un electrocardiograma y una radiografía de tórax para descartar enfermedades en etapa inicial.

Mencionó que las personas que padecen diabetes, hipertensión o ambas, sobre todo de la tercera edad, toman entre 5 y 15 pastillas por la naturaleza de su patología. “Como evidentemente los fármacos se eliminan a través del riñón, es importante el consumo de vitaminas C y E para proteger el órgano”, añadió.

Para realizar sus experimentos indujo hipertensión y diabetes mellitus a modelos animales (ratas) y observó que a los dos días de incrementar la glucosa, aumentó el tamaño del riñón. Detalló que cuando circula un exceso de glucosa en la sangre se produce una gran cantidad de radicales libres y esto ocasiona la hipertrofia. “Cuando se llega a esta situación clínica, las células del riñón mueren y son sustituidas por tejido fibroso. Por ello, el órgano se va deteriorando y perdiendo funcionalidad hasta llegar a la insuficiencia renal absoluta”, puntualizó.

El doctor Pedro López describió que en la etapa inicial de la afección administraron a las ratas vitaminas C y E durante un mes, pasado ese tiempo notaron que los cambios producidos por la hipertensión arterial y la diabetes se revirtieron. “Debido a ello concluimos que los antioxidantes juegan un papel muy importante en la protección renal”, aseveró.

Refirió que los antioxidantes se encuentran de manera natural en los alimentos y los vegetales verdes; constituyen una fuente importante, por lo que se deben consumir crudos de preferencia. Comentó que el consumo de agua natural es primordial para mantener saludables los riñones, debido a que es indispensable para el adecuado funcionamiento del organismo. “Para limpiarlo de todas las toxinas, se recomienda ingerir diariamente por lo menos dos litros del vital líquido y evitar el consumo de alimentos procesados y bebidas gaseosas”, indicó.

Como producto de sus investigaciones, el doctor Pedro López cuenta con 50 publicaciones en revistas científicas de prestigio internacional y ha dirigido 25 tesis de maestría, una docena de doctorado y 15 más de especialidad.