• El hecho de que hayan mandado a la artillería a la frontera, no sólo va contra todas las disposiciones internacionales y la doctrina militar, que señalan que ningún país debe mantener unidades de artillería cerca de sus fronteras, lo que evidencia las intenciones bélicas de Rusia.

Por: María manuela de la Rosa A./

Este fin de año reviven las tensiones por la hegemonía entre Rusia y Estados Unidos, lo que ha puesto en alerta a todo el mundo occidental, a raíz de que el presidente ruso Vladimir Putin decidiera enviar tropas a la frontera con Ucrania y, según informes de inteligencia norteamericanos, se han destacado no sólo tropas, sino artillería a la frontera,

La presencia rusa en los límites con Ucrania tiene como finalidad aparente una invasión, por lo que se sospecha que en este mes de enero puede comenzar la invasión. Rusia ha enviado el doble de soldados que mandó para sus ejercicios militares en la primavera del 2021, lo cual fue sin duda un movimiento disuasorio.

El hecho de que hayan mandado a la artillería a la frontera, no sólo va contra todas las disposiciones internacionales y la doctrina militar, que señalan que ningún país debe mantener unidades de artillería cerca de sus fronteras, lo que evidencia las intenciones bélicas de Rusia.

Sin duda para disuadir en una primera instancia, si Ucrania se adhiere a la OTAN, ya que ha manifestado sus intenciones de integrarse a este organismo, para gozar de su protección ante la amenaza latente del Kremlin, que en el 2014 se apoderó de Crimea y apoya a todos los movimientos separatistas prorusos de Donetsk y Lugansk, provincias ucranianas que declararon su independencia gracias al apoyo ruso.

Es el hecho que Rusia ya ha destacado 175,000 soldados a lo largo de la frontera con Ucrania. Aunque Rusia por otra parte ha buscado una negociación con los Estados Unidos para que se mantenga al margen, y por ende la OTAN, que sin duda están interesados en apoyar a Ucrania.

Por ello el presidente norteamericano Joe Biden advirtió hace un par de días que no aceptará que Moscú cruce la “línea roja”

En los últimos días Vladimir Putin y Joe Biden han tenido dos conferencias telefónicas en las que por su parte el presidente ruso advirtió que si hay nuevas sanciones por una escalada en Ucrania esto generaría una total ruptura de relaciones y pidió una respuesta constructiva no sólo de Estados Unidos, sino de occidente, refiriéndose a la OTAN, Rusia adoptará todas las medidas necesarias para garantizar el equilibrio estratégico y eliminar las que considera amenazas a su seguridad, como lo es el armamento nuclear de Europa, por lo que Putin requiere garantías por parte de Estados Unidos.

El próximo10 de enero en Ginebra, Suiza, tendrá lugar una negociación entre las dos naciones, en donde se tratará principalmente el tema nuclear. Y para Rusia es fundamental lograr que ninguna de las antiguas repúblicas soviéticas ingresen a la OTAN, pues esto afectará el equilibrio hegemónico.

Rusia busca garantías jurídicas por escrito que sean vinculantes que tiendan a la creación de un nuevo sistema de acuerdos basado en los principios de una seguridad indivisible y la renuncia de una hegemonía militar para una coexistencia pacífica. Y esto para que no quede en acuerdos políticos que generalmente quedan como meros actos protocolarios que no logran llevarse a cabo.

Según la perspectiva rusa, la colonización de Ucrania por parte de los países integrados a la OTAN constituye una amenaza que afecta al sistema ruso. Y considera que su iniciativa no afecta a la seguridad norteamericana ni a la alianza atlántica, sino que crea las condiciones para disminuir la tensión en Europa, aludiendo a la necesidad de cooperación global frente a los desafíos como la pandemia, el cambio climático y la recuperación económica.

Sin duda Putin no está dispuesto a ceder en cuanto a lo que le queda de influencia sobre los antiguos territorios soviéticos y esta amenaza de invasión es un audaz movimiento estratégico en donde se juega el todo por el todo.

Estados Unidos, aunque se encuentra en una etapa crítica respecto a su economía, la reducción del gasto militar, la salida de Afganistán y por la baja de popularidad de su presidente, sigue siendo la potencia más grande el mundo y difícilmente se resignará a que su hegemonía se vea afectada. Pero, además, sus aliados están dispuestos a enfrentar juntos este desafío.

China por su parte, obrará de acuerdo a sus propios intereses, porque no es cuestión de ideologías afines, sino de intereses estratégicos.