Por: Redacción.

Luego de 12 días, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) concluyó sus trabajos como observador en la exhumación de cuerpos hallados en fosas ubicadas en Tetelcingo, municipio de Cuautla, Morelos.

Personal del organismo nacional (visitadores adjuntos, criminalistas y psicólogos), encabezados por el Segundo Visitador General, Enrique Guadarrama López, estuvo atento en el desarrollo de la diligencia ministerial, a cargo de la Fiscalía General del Estado de Morelos, y que también contó con la coadyuvancia de la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de Seguridad.

De toda la actuación pericial, la CNDH elaboró las correspondientes actas circunstanciadas, que se integraron al expediente de queja que tiene en trámite, y al término de su investigación del caso, emitirá y hará pública su resolución.

La CNDH, recordó en un comunicado, que atrajo el caso el 24 de noviembre de 2015, por considerar que se trataba de “un asunto que trasciende el interés público”. Además, subraya, colaboró para concretar encuentro con la titular de la PGR, Arely Gómez, y los familiares y sus representantes, así como para las reuniones celebradas entre el Fiscal General del Estado de Morelos, representantes del gobierno de Morelos, y de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

El pasado viernes concluyeron los trabajos de exhumación en Tetelcingo, Morelos. Se informó que se recuperaron 117 cuerpos y 12 extremidades que al parecer pertenecen a diferentes personas, cuyos troncos no se sabe dónde quedaron o fueron sepultados.

Anteriormente, la Fiscalía General del Estado informó que el 28 de marzo de 2014 sepultó allí 118 cadáveres, de los cuales, por orden de un juez, el 9 de diciembre de ese mismo año exhumó los de Oliver Navarrete y los de una maestra de Yautepec, por lo que, según sus cuentas, se encontrarían allí los restos de 116 personas.

La fosa, de donde se exhumaron los cuerpos a lo largo de 12 días, fue descubierta por la familia de Oliver Wenceslao Navarrete, un joven que habí­a sido secuestrado y asesinado en 2013, y cuyo cuerpo fue llevado a la morgue, pero la fiscalí­a, en lugar de entregarlo, lo mandó a la fosa común sin avisar a la familia.