Por: Oscar Nogueda/

Nashieli Ramírez Hernández, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), urgió al trabajo interinstitucional para garantizar el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes (NNA), así como para evitar la deserción escolar.

En el Foro “Prevención de la Trata de Personas en NNA, diferencias entre trabajo infantil y explotación”, la Ombudsperson capitalina indicó que el abandono escolar y el cierres de centros educativos por la epidemia del Covid-19 puede favorecer el trabajo infantil e incrementar los factores de riesgo frente a la explotación laboral y trata de personas.

“Al reto de erradicar el Trabajo Infantil, la explotación laboral y la trata. Se suma con la contingencia sanitaria la precarización del empleo y el cierre de escuelas, que repercuten en el acceso a la educación”, señaló Ramírez Hernández.

Igualmente, señaló que se prevé un aumento en los secuestros de menores de edad y en la adopción derivado de los efectos económicos del Covid-19 y el déficit ante el registro civil.

También, la Presidenta de la CDHCM externó que los compromisos de los países para la erradicación del Trabajo Infantil, contenidos en Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2021, deberán enfrentar los resultados de la pandemia y abonar a la cláusula específica del nuevo Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, que prevé diagnósticos y escrutinios de los grupos empresariales sobre el trabajo Infantil en los productos, servicios y bienes de exportación.

En el ámbito local, la defensora mencionó que el trabajo infantil ocurre en los trabajos informales, sobretodo en mercados públicos, tianguis y en la central de abasto, la cual es un foco rojo en cuanto al trabajo de NNA. Asimismo, subrayó que las autoridades deben prestar atención a los infantes que diversos productos en avenidas y calles durante la noche, ya que pueden ser víctimas de trata de personas o explotación laboral.

Durante el el Foro convocado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, Ramírez Hernández llamó a integrar distintos enfoques para llevar a cabo la agenda de protección contra la trata de personas.

Aunado a ello, apuntó que las autoridades deben diferenciar entre el trabajo formativo y el trabajo infantil. El segundo es cualquier trabajo, remunerado o no, que impide el ejercicio de otros derechos humanos, especialmente a la educación, al esparcimiento y a la vida.

“El trabajo infantil es peligroso y perjudicial para el bienestar físico, mental o moral de los niños, niñas y adolescentes, porque interfiere en su escolarización al privarlos de asistir a clases o, si lo hacen, es en condiciones de desventaja, debido al desgaste físico; y porque no ejercen su derecho al juego”, sostuvo Ramirez Hernández.

En el caso del trabajo formativo, sentenció que esta integrado por la distribución de labores del hogar de acuerdo a la edad de los NNA, así como el trabajo familiar dedicado a ciertas labores que no impidan el goce de otros derechos.