• Joe Biden será el presidente número 46 de Estados Unidos y seguramente comenzará a sacar de su archivo documentos y fotografías que le empiecen a dar un conocimiento de quienes son sus aliados y quienes le mintieron en el pasado.

Por: Israel Mendoza Pérez-@imendozape/

El silencio “prudente” del presidente Andrés Manuel López Obrador para felicitar a Joe Biden, virtual candidato ganador de la contienda electoral de Estados Unidos, se debe a que sus cálculos políticos fallaron. Donald Trump no ganó la reelección y no quiere incomodar a quien en sus propias palabras, del 8 de julio pasado, trató a México con “gentileza y respeto”.

Mientras los mandatarios internacionales como el premier canadiense, Justin Trudeau, y la canciller alemana, Angela Merkel, hasta el presidente iraní, Hassan Rouhani, y el de Venezuela, Nicolás Maduro, enviaron sus felicitaciones, el Presidente mexicano pidió los últimos datos de los resultados para analizar y medir que sus palabras no hieran sensibilidades.

Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, expresó: “No queremos ser imprudentes”. De esta manera está a la espera de una llamada que le confirme que las tendencias electorales y la posible lucha jurídica no altere los resultados para soltar su beneplácito.

Aunque la prudencia no sirve cuando en 2012 le esbozó a Biden un país próspero y con proyectos ambiciosos. Pero a ocho años de distancia, las grandes obras se caen como piezas de un rompecabezas complejo.

Joe Biden será el presidente número 46 de Estados Unidos y seguramente comenzará a sacar de su archivo documentos y fotografías que le empiecen a dar un conocimiento de quienes son sus aliados y quienes le mintieron en el pasado.

El presidente de México afirmó que conocer desde hace más de 10 años a Joe Biden a quien “le presenté una carta dándole a conocer el por qué de nuestro movimiento, de nuestra lucha, hablamos sobre la política migratoria, de modo que no hay malas relaciones”.

Esa fue una declaración inexacta ya que la entrevista que sostuvieron fue en 2012 y su movimiento en esa época no se llamaba Morena. Era su tiempo de candidato por la Coalición Movimiento Progresista y era el abanderado del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.

En la misma misiva le presumió sus proyectos modernizadores que incluía un nuevo aeropuerto internacional en Tizayuca, Hidalgo. La realidad es que la terminal aérea que tiene proyectada la cuatroté se finca en tierras del Estado de México. Y no lo que le dejó por escrito a Biden hace ocho años.

En esa misma carta de proyectos y referencias históricas de la relación entre México y EU también resaltó “la construcción de cinco refinerías”. Ahora el gobierno está en la construcción de Dos Bocas su única refinería la cual lleva un avance del 24 por ciento.

Y en su proyecto de seguridad para mantener la buena vecindad con Estados Unidos ofreció “una policía federal profesional y moralizada para retirar gradualmente al ejército de las calles”. Pero en mayo de 2020, por decreto presidencial se instauró la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad hasta 2024. El pasado volvió a alcanzar al Presidente, él presumió un país Joe Biden y éste conocerá una miseria de proyectos que no tienen nada qué ver con los escrito en la carta de seis cuartillas de marzo de 2012.