Por: Redacción

A pesar de que la propuesta para que se realice una auditoría a la Delegación Cuauhtémoc es una clara simulación y un distractor del partido oficial, el Grupo Parlamentario de Morena se manifiesta a favor del dicho dictamen y de que haya una mayor transparencia en la demarcación, aseguró la diputada Rocío Nahle García.

Ello, argumentó, porque el Jefe Delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, y Morena siempre estarán a favor de la transparencia y rendición de cuentas, trate de quien se trate, y además porque no tienen nada qué temer.

En la sesión ordinaria de la Comisión Permanente, puntualizó que dicha Delegación ha cumplido con el 100 por ciento del Programa de Capacitación a Funcionarios; cuenta con el reconocimiento del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (InfoDF), y es la única demarcación que creó una Oficina Anticorrupción, para presentar y agilizar denuncias que se efectúen.

“Hasta ahora son diez los exfuncionarios inhabilitados por la Contraloría General en diferentes niveles, por uso indebido en el cargo y extorsión. El gobierno de esta Delegación es un gobierno abierto al escrutinio público. Nada escondemos, nada tememos”, aseveró la Coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena.

En ese contexto, detalló que la Delegación ha sido auditada permanentemente por la Contaduría Mayor de Hacienda y la Contraloría General de la Ciudad de México, así como por la opinión pública. Este hecho, subrayó, marca una distancia con los gobiernos emanados del partido oficial, que son los más opacos, menos transparentes y más corruptos.

“Nos vienen a hablar de solicitudes de transparencia, cuando apenas ayer en Quintana Roo, la mayoría –por cierto priista– convocó a una sesión extraordinaria en el Congreso del estado, para aprobar un paquete de reformas y adiciones que le garanticen impunidad al gobernador saliente, Borge Angulo”, enfatizó.

La legisladora veracruzana manifestó que está a la vista de todos que en los procesos electorales se entregan despensas, cemento, láminas, tinacos y hasta dinero, para coaccionar a los electores, aprovecharse de la pobreza y denigrar la dignidad de las personas.

“Todo esto está documentado y evidenciado. Podemos hablar de los procesos electorales del 2012, como Monex; en el 2015 padecimos los cineminutos y un sinfín de cosas”, finalizó.