Por: Redacción

La Cámara de Diputados aprobó con cambios, en lo general y lo particular, la minuta sobre la reforma política de la Ciudad de México, que la equipara a un estado de la República, con autonomía, derechos, obligaciones y carácter libre y soberano, y lo regresa al Senado.

En documento fue avalado en lo general por mayoría calificada de 386 votos a favor, 33 en contra y una abstención; posteriormente se desecharon las 58 reservas a 10 artículos, que presentaron 16 diputados, y se aprobó en lo particular por 329 votos a favor, 53 en contra y una abstención.

Se reforman un total de 54 artículos constitucionales, mismos que hacen referencia al Distrito Federal y que deben modificarse, ya que se cambia el nombre para denominarse Ciudad de México.

El cambio de nombre viene acompañado en la propuesta de reforma al artículo 40, del reconocimiento literal de la Ciudad de México, como parte integrante de la República, unida en una federación, junto con la totalidad de los estados.

La discusión inició a las 14:29 horas e inmediatamente se informó y aprobó una modificación presentada por la Comisión de Puntos Constitucionales, la que elaboró el dictamen de la minuta.

El cambio incluido señala que el Consejo General del Instituto Nacional Electoral emitirá la convocatoria para la elección de los diputados constituyentes a más tardar dentro de los siguientes 15 días a partir de la publicación de este decreto, en lugar de la primera semana del mes de diciembre de 2015, como estaba.

También que en el caso de candidatos independientes, no estar registrados en los padrones de afiliación de los partidos políticos, con fecha de corte a marzo de 2016, en lugar de febrero próximo.

La Ciudad de México seguirá siendo la sede de los Poderes de la Unión y capital de los Estados Unidos Mexicanos.

En el documento se precisa que es la entidad federativa, sede de los Poderes de la Unión, que goza de autonomía en todo lo concerniente a su régimen interior y a su organización política y administrativa.

Se asegura que con esta reforma, sus habitantes dejarán de ser “ciudadanos de segunda” y tendrán los mismos derechos que los mexicanos de los otros estados.

La Ciudad de México tendrá su propia Constitución Política, que regirá la conducción del estado, con lo que se proporcionará estabilidad a las reglas que determinan la forma en que se ejerce el poder público por parte de los órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial de la Ciudad.

También se dotará de una herramienta política para reconocer y proteger los derechos fundamentales, preservar las libertades y dotar de seguridad a la sociedad.

Se elimina la figura jurídica de las delegaciones políticas y se crean las demarcaciones territoriales, que serán encabezadas por un alcalde y concejales, lo que les proporcionará mayor autonomía de la que hoy en día gozan.

Dejarán de ser administraciones unipersonales y se abrirá la posibilidad de la pluralidad de ideologías.

La Asamblea Legislativa se convertirá en un Congreso local, por lo que adquirirá la facultad para aprobar o rechazar reformas constitucionales, como el resto de las legislaturas estatales, formando parte del Constituyente.

La reforma política conlleva grandes avances basados principalmente en el goce de una autonomía inédita, debido a que el gobierno federal mantendrá la responsabilidad del financiamiento a la educación y a los servicios de salud.

Por lo tanto, recibiría más recursos por parte del gobierno federal para programas sociales.

El Ejecutivo local podrá nombrar libremente a los titulares de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de Justicia, ya que actualmente el Presidente de la República debe dar su visto bueno, tal y como se estipula en el artículo 122.

También se elimina la facultad del Senado para poder remover de su cargo al Jefe de Gobierno, como lo establece actualmente la Constitución en la fracción IX del artículo 76.