• “Si los funcionarios públicos de alto nivel no quieren trabajar o no quieren proteger al sector privado, pues que se vayan al ISSSTE o al IMSS”, acotó el senador Francisco Salazar.

Por: Javier Divany Bárcenas/

El senador Francisco Salazar Sáenz del PAN, pidió aplicar la “objeción de conciencia” a políticos de Morena contagiados de Covid-19 y canalizarlos al sector público, para para proteger al personal de salud de instituciones particulares que están quedando fuera de las prioridades del programa de vacunación que diseñó el Gobierno federal.

El legislador llamó al personal de salud de hospitales particulares, a los que se les está negando la vacuna contra el Covid-19, a que invoquen el principio de “objeción de conciencia” para no dar servicio a los políticos y funcionarios públicos de Morena que les han negado la inoculación y cuando estos busquen por sospechas o contagio atención, los envíen para su atención a los hospitales públicos.

Salazar Sáenz explicó que esta propuesta está sustentada en el derecho que todo el personal de salud tiene de recibir las dosis de vacunación, sin importar si son de instituciones públicas o privadas, “pues todos ellos han estado en la primera línea de batalla en los momentos de mayor crisis de la pandemia e incluso han atendido al propio presidente Andrés Manuel López Obrador”.

En conferencia de prensa, el abogado laboralista Omar Cerezo Moreno, especialista en la defensa de los derechos laborales del personal médico, y el doctor Marco Antonio Vázquez Rosales, presidente del Colegio de la Profesión Médica de San Luis Potosí, coincidieron con Salazar Sáenz que el propósito de aplicar la “objeción de conciencia” a políticos de Morena contagiados de Covid-19.

Omar Cerezo citó el caso de Mario Delgado y Yeidckol Polevnsky, quienes al verse contagiados acudieron con médicos particulares para recibir las primeras atenciones, y cuestionó el por qué no son atendidos en el sector público.

“Si los funcionarios públicos de alto nivel no quieren trabajar o no quieren proteger al sector privado, pues que se vayan al ISSSTE o al IMSS”, acotó el senador Francisco Salazar.

Explicó que la legitimidad de la exigencia es por la preocupación de proteger al personal de salud del sector privado el cual está en gran riesgo de contagio por tener el primer contacto con el paciente que ha sido infectado.

“No solamente son los médicos de hospitales particulares a quienes han dejado fuera, hablamos de la desprotección en la que tienen a todos los enfermos, asistentes, trabajadores de limpieza y vigilancia de hospitales, clínicas, consultorios de farmacias, dispensarios de centros religiosos o parroquiales y miles de consultorios populares que también han estado en la primera línea de batalla.

“En muchos de los casos son el primer contacto con el paciente infectado de Covid-19 y al no estar protegidos pueden enfermarse y contagiar a sus familias y otros pacientes que acudan con ellos, razón por la cual se sigue extendiendo la cadena de contagios”, remarcó el senador panista.

Por su parte, el especialista Omar Cerezo dijo que “México es uno de los países cuyo personal de salud está más expuesto en todo el mundo, con la cifra más alta de infectados y muertos, en el número de infectados prácticamente estamos llegando al 18 por ciento de la población total infectada”.

Dijo hay que tener en cuenta el personal que no está en áreas operativas directamente, sino que hace funciones de intendencia, servicios prehospitalarios e incluso personal administrativo, población que, según el grado de riesgo, el gremio médico está definiendo como “personal de primer contacto”.

Cerezo Moreno aseguró que el grueso de la población implicada en este riesgo consta de 360 mil profesionales de la salud del sector público, según lo que el Gobierno federal informa, sin contemplar al sector privado, y de incluir ambos grupos el número asciende a cerca de un millón y medio de profesionales entre personal médico, de enfermería y personal técnico, de los cuales 400 mil se han infectado.

“Se está manejando con un criterio muy arbitrario en el esquema de vacunación. Se había dicho que se iba a vacunar en primer lugar al personal de salud, después a adultos mayores y a partir de ahí el proceso de vacunación a la población en general. El problema es que el criterio que no se ha acatado, pero mediáticamente se presume que se está avanzando en la vacunación, pero estas se aplican a grupos como los maestros y población rural con riesgo bajo o nulo de contagio”, señaló.

Por su parte, el doctor Marco Antonio Vázquez Rosales aseguró que hay una “total anarquía” en la aplicación de la vacuna, ya que incluso los estudiantes de medicina que han cursado la materia de epidemiología saben que primero hay que vacunar en las áreas donde hay más enfermos.